La inscripción para obtener los créditos se abrió en agosto y se recibieron 1.500 solicitudes que fueron procesadas y seleccionadas a través de un mecanismo auditado por un grupo de entidades: el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), la Federación Agraria Argentina (FAA), la Fundación para la Lucha Contra la Fiebre Aftosa (Fucofa), el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) y los colegios de Ingenieros Agrónomos y de Médicos Veterinarios.
Para asignarlos, se utilizó un mecanismo rápido y transparente, pensado para mantener a las familias rurales unidas al campo y favorecer el trabajo de los jóvenes dedicados a la ganadería.
Entre los parámetros a evaluar se contaron el lugar de residencia (rural o urbana), ubicación de la explotación (zona de cría), existencia ganadera, edad del productor, porcentaje de monte nativo, actividad ganadera y actividad agropecuaria.
Tras asignar porcentajes a cada uno de los parámetros, se realizó un orden de mérito y se obtuvo un ranking que permitió definir el orden del otorgamiento de los créditos. «Es importante destacar que este mecanismo se basó en la documentación presentada por los aspirantes y que la misma está abierta, puede ser consultada y verificada, y está a entera disposición de la comisión evaluadora formada por las distintas entidades», resaltó Schunk.
«Queremos fortalecer el pequeño y mediano ganadero entrerriano para generar una dinámica productiva de crecimiento sostenido. Apuntamos a promover esta alternativa para mejorar la eficiencia de la producción bovina e incrementar el número de vientres y la oferta de carne, tendiente a abastecer a los mercados externo e interno», expresó el ministro.
Por último, Schunk recordó que los créditos «corresponden a un fondo rotatorio que gestionó oportunamente el gobernador Sergio Urribarri ante la Nación» y anticipó que «la idea es que lleguen a todos los solicitantes y también se pretende ampliar los montos».