QUE ES INSEGURIDAD JURIDICA PARA LOS PODEROSOS
Es extraño, pero cuando los ciudadanos de a pie escuchan o leen acerca de la inseguridad jurídica, esta, siempre aparece asociada a la falta de “clima de negocios” y/o a la “falta de reglas claras”. O sea, los supuestos problemas de los dueños del dinero y los bienes. Nunca o rara vez, muestran los perjuicios que soportó el Estado, es decir, toda la sociedad, cada vez que lo que ellos llaman “clima de negocios” y “reglas claras”, inundaban nuestra cotidianeidad.
Repasemos, dicen que no hay seguridad jurídica porque no hay “libertad cambiaria”, o sea, la posibilidad de comprar y vender dólares sin ningún control. Ese tipo de libertad existió en tiempos de Domingo Cavallo (desde la dictadura militar hasta con Carlos Menem y Fernando De la Rua), en esos períodos se produjeron los más claros procesos de vaciamiento del país, con deuda externa y fuga de capitales, incluido el corralito y el robo de los depósitos que este gobierno está pagando, aunque los medios oculten ese hecho.
Un dato imposible de soslayar es que, según la AFIP “entre enero y mayo de 2012 (cuando aún no había restricciones) 1.392.958 personas compraron billetes verdes, que representan el 3% de la población total y el 7,5% de la población económicamente activa”.
Hablan de inseguridad jurídica y piden la “eliminación de las distorsiones impositivas”, como por ejemplo las retenciones a la exportación de granos, del mismo modo que exigen bajar la carga fiscal, todo lo cual, dicen, alentaría el clima de negocios ya que sería un modo que el Estado aliente “reglas claras” y “seguridad jurídica, obvio. Todo esto, claro, necesita como contrapartida, bajar el gasto público (ergo, el Estado recaudaría menos). O sea, lo que plantean es no cobrar impuestos a los que más tienen y gastar menos en rutas, hospitales, seguridad social y escuelas.
Tan llamativo como esto es observar que algunos de quienes repiten estas consignas suelen ser personas que no buscan este tipo de “seguridad jurídica”, pues no necesitan de esos “climas de negocios”. Más aún, son personas también de a pie, que sufrieron el corralito y los bonos (aquellos papeles pintados), que no están desesperados por comprar dólares y los que a su vez, necesitan más y mejores escuelas, hospitales, rutas, servicios públicos. En otras palabras, son ciudadanos que necesitan un Estado presente que evite que los vivos de siempre fuguen capitales y que instrumente un sistema impositivo que cobre más a los que más tienen para, de ese modo, mejorar su calidad de vida.
SEGURIDAD JURIDICA PARA TODOS
En uno de sus versos, el Martín Fierro describe… “En su boca no hay razones ; Aunque la razón le sobre; Que son campanas de palo, Las razones de los pobres”.
Las sociedades en general y la nuestra en particular han ido creciendo en conciencia, cada vez se animan más a reclamar por sus derechos y ya no es tan dócil frente a los atropellos del poder. En distintas comunidades de nuestro país y del mundo, se pueden observar las diferencias en los comportamientos tanto de ricos (prepotencia) como de pobres (sumisión), dando cuenta del tipo de sociedad que se promueve.
En esta inteligencia, en esta necesidad social de reclamar una justicia que sea igual para todos, que no promueva las lacerantes diferencias entre hijos y entenados, es triste observar que, argentinos de a pie, apoyen los intentos del mega grupo económico Clarín de negarse a cumplir la Ley de Medios, la 26.522, que lo obliga a desprenderse de las más de 250 señales de radio y TV que, de acuerdo a esta ley, excede lo permitido.
Las sociedades modernas eligieron el sistema de leyes para regular nuestros comportamientos. Sí una ley no nos gusta, nosotros ciudadanos comunes, estamos obligados a respetarla y, si no lo hacemos y somos descubiertos, somos castigados. Así funciona el sistema.
A Clarín, está claro, no le gusta esta ley. ¿ tiene acaso un derecho especial para no cumplirla ? y nosotros, ciudadanos comunes, que reclamamos ley pareja, que pedimos que la justicia y el Estado obliguen (como lo hacen con nosotros), a todos por igual.
LA LEY Y EL ROL DEL ESTADO
Para quienes no lo saben, la Ley 26.522 de Servicios de Comunicación Audiovisual, más conocida como ley de Medios, fue votada y promulgada hace ya 3 años y en un momento (2009) en que la oposición había ganado la mayoría en la legislatura. O sea, ni siquiera cuentan con el argumento que se votó en tiempos de la supuesta “escribanía”, ya que contó con el voto de integrantes de la mayoría de las bancadas opositoras y el texto sufrió casi todos los cambios propuestos por esos sectores.
Tampoco es ocioso aclarar que la Ley no menciona ni se mete con la prensa escrita, es decir, Clarín podrá seguir teniendo todos los diarios que tiene y los que quiera tener. El Estado no se mete en ese rubro, sí con las ondas (de radio y tv) pues es el depositario de ese bien.
Deben saber entonces quienes no lo saben, que, si Clarín se sale con la suya, si Clarín incumple la ley, lo que saltará evidente es que en la Argentina sigue habiendo hijos y entenados. Más aún quedará palmariamente demostrado que formamos parte de una sociedad que apoya que Individuos, grupos económicos o personas jurídicas se sientan habilitados a incumplir la ley. Quedará muy claro que estamos en presencia de una sociedad a la que no le interesa vivir en un país con un Estado débil e incapaz de lograr que todos los ciudadanos tengamos los mismos derechos y obligaciones.
Creo sinceramente que esto no ocurrirá, creo que este gobierno nos ha demostrado ser impulsor de un Estado presente y que el poderoso grupo Clarín que siempre se ufanó de voltear gobiernos de la democracia con dos tapas seguidas, tendrá que atenerse al dictado de la ley y cumplirla.
Sin embargo debo decirlo, es triste saber que existen compatriotas de a pie que siempre han reclamado justicia pareja que, en esta oportunidad, apoyen la ilegalidad.
Y ya que estamos, finalizo con otra máxima de nuestra poesía gaucha
“He conocido aunque tarde, Sin haberme arrepentido, Que es pecado cometido, El decir ciertas verdades”.