En razón de mi cargo y de las responsabilidades que me competen, me veo en la obligación de aclarar algunos conceptos vertidos a la prensa por ASODECO, en los que hace referencia a que la Municipalidad estaría en deuda con los fondos provenientes del aporte voluntario que realizan los comerciantes e industriales de Concordia con destino a esa entidad que los representa.
En primer lugar debo aclarar que no se trata de un aporte voluntario, por cuanto tanto el Código Tributario como la Ordenanza Impositiva obligan a los contribuyentes de la Tasa de Inspección de Higiene al pago de ésta, así como al pago de la contribución adicional especial, con destino a obras y promoción del Parque Industrial de Concordia.(2,5% del importe que corresponda tributar en concepto de Tasa por Inspección de Higiene).
Por ende se trata de una obligación de dar que ha sido impuesta coercitivamente y en forma unilateral por el Estado a través de la Ordenanza Impositiva, que surge de su poder de imperio y su voluntad política, y que no está sujeta a la voluntad de cada contribuyente.
Por consiguiente, todo esto le requiere a la Comuna un considerable esfuerzo recaudatorio, por lo que resulta impropio hablar de “aporte voluntario”.
Igualmente es una decisión política que tales fondos sean administrados por ASODECO, conforme surge de espíritu de la Ordenanza 25639/92.
Finalmente deseo manifestar que la responsabilidad de que la Municipalidad haya suspendido la entrega de nuevos fondos no es imputable a ella sino a ASODECO, ya que la rendición de las últimas remesas recibidas aún no cuenta con la aprobación correspondiente.
Y aquí cabe informar que conforme lo establecen la Ordenanza de Contabilidad y el Tribunal de Cuentas de Entre Ríos, la Municipalidad está impedida de girar nuevos fondos mientras no haya sido aprobada la rendición de los precedentes, tanto en su aspecto formal como en lo que hace a su destino final. Estos controles son responsabilidades ineludibles del Estado y por consiguiente no se librarán nuevos fondos mientras no se tenga la certeza de su correcta utilización.
O sea que ese es el único obstáculo para que la Municipalidad continúe proveyendo dichos fondos, ya que tiene la mejor voluntad para hacerlo.