Rodríguez fue destinado, a principios de la actual gestión a una comisaría de Paraná. “Si decían que me sacaron porque no trabajé, yo tenía las estadísticas de cuantos casos resolví. En dos meses, según las estadísticas, hice más que el anterior director en todo un año” señaló Rodríguez, aunque no precisó esas estadísticas.
El viernes previo al lunes que le comunicaron que quedaba en disponibilidad, Rodríguez relató que “me marcan la casa de un narco, donde paraban en moto. No era una casa linda. Llega una moto todo-terreno, con 2 personas con casco que entregan dinero y les dan un paquete grande, una carga importante de droga. Toman por una calle, Patagón, yo los seguía en una camioneta, tomo una cuadra en contramano, los intercepto, ellos saltan una vereda y tiran el paquete. Por las características de la moto y la vestimenta, no eran nenitos de las afueras. No los pudimos agarrar, no supen quienes eran pero sé que eran ‘nenes del centro’. El paquete tenía marihuana”.
Rodríguez, luego de que lo notifican de su pase a disponibilidad, sigue preguntandose por las causas del mismo. “No sé que le habrán dicho al gobernador, que habrá hablado el ministro (Urribarri) con el Gobernador para sacarme. Lo que no pueden decir es que me sacaron por no trabajar. Hasta el día de hoy pido que me atienda el gobernador, que alguien me dé una explicación. Cometí un error, no haber presentado un recurso de amparo para que me expliquen por escrito”, dijo.
Descartó haber encabezado alguna interna. “Luego se comentaron que eran internas policiales. Si me mandan a un lugar desconocido, con tipos de barbas largas, de pelo largo a quienes no conocía, en dos meses no podía ponerme a hacer internas. Es algo infantil que me pusiese a tratar de voltear al Jefe y Subjefe de Provincia” señaló.
Nos obstante, Rodríguez no negó sus apetencias sobre el cargo. “Yo ambicioné ese cargo. Yo tenía la promesa de ser Jefe de provincia” dijo el comisario. Pero no dió a conocer el nombre del funcionario que le formuló la promesa.
Detalló cuales son los procedimientos usuales de los narcos. “En los barrios se busca fraccionar las drogas; dejan 200 gramos en una casa, 200 en la otra, 200 más en otra, por si hay un procedimiento, entonces no cabe la detención. Eso es lo que hacen los narcos y les rinde más que el robo, que el asalto. Usted entra a un barrio, el Martín Fierro en Paraná, y no les saca información a nadie porque los tipos lo cuidan al narco porque él no les hace faltar nada” mencionó.
Su encuentro con los Aguirre
Rodríguez narró como se gestó su encuentro con los Aguirre. “A mi casa vino un señor, que no es Chorne, se entrevista con mi mujer, me llaman por teléfono y me dice que están los padres de Fernanda Aguirre acá en Concordia. Dicen que vienen de parte de la secretaria del presidente de la Nación. Voy a mi casa, hablo con este hombre y le digo que vengan a mi domicilio. Me dice que va a ser imposible” indicó.
“Luego hablo por teléfono y acepto reunirme en el lugar donde ellos dicen: en un puente camino a la represa. Ellos bajan de un coche bastante nuevo. Me entrevisto con la señora. Ellos piden de rodillas que yo no diga que estuvieron en Concordia” aseguró el comisario.
Luego de este episodio, Rodríguez asegura haberse entrevistado con Urribarri. No les comentó del encuentro con el matrimonio pero si manifestó poseer algunas pistas sobre el caso: entre ellas, una llamada telefónica realizada desde un telecentro de Concordia por un individuo que no era de Concordia y llamó la atención del empleado del lugar porque escondió su automóvil en la oscuridad. El comisario asegura tener el ticket de la llamada y conocer el lugar donde el desconocido se alojó. “Y otras cositas sueltas que requieren investigarse” agregó.
Luego del encuentro con Urribarri, Rodríguez sostiene haberse encontrado con el matrimonio Aguirre en un restaurante a la salida de Paraná. “En un momento de la charla, la mamá de Fernanda me dice que lo de Lencina no fue suicidio”. Rodriguez asegura tener testigos de esta confesión.
Cuando a Rodríguez se le pregunta si consideraba que Lencina tenía relación o no con el secuestro, Rodríguez sólo atina a decir: “en un caso de secuestro, en el Gran Buenos Aires o en Capital Federal, uno pregunta si alguien vió algo, y todos dicen no haber visto nada. En cambio, en un pueblito tan chiquito, hasta los perros se conocen. Yo digo que no ha de ser tan difícil investigar un secuestro ocurrido en un pueblito tan chiquito”.
Derecho a réplica
“Yo quiero limpiar mi nombre” aseguró en varios tramos de la charla. “Salió la información de casa de Gobierno y nadie me dio la oportunidad de defenderme” agregó. Y, por último, dijo: “yo mandé un mensaje a casa de Gobierno: Yo no me calló más. Ellos tienen todas las armas para destruirme porque estoy muy solo contra un poder pero no tengo miedo”.
El comisario es conciente que sus afirmaciones le pueden jugar en contra. “Quizás esta nota les sirva para decir que tienen más cosas para el sumario administrativo pero no me interesa. Más me interesa mi dignidad como persona. No puede ser que salga a la calle y tenga que explicarles uno por uno si estuve, si no estuve; si mentí, si no mentí” reflexionó.
Rodríguez dijo que “Busti no es el mismo gobernador que en la otra gestión, el que yo conocí. Yo soy un agradecido con el en la faz personal porque me ayudó en un problema familiar y pude llegar a un lugar que, sin él, no hubiese podido llegar allá por el año 97. Pero en la faz personal estoy muy herido”.
También se mostró dolido con las declaraciones de Geuna. “El jefe de provincia salió a decir que no se sabía que camiseta yo tenía puesta. Si la de policía o la de delincuente. ¿Cómo va a salir a decir una cosa así, guiándose por los medios de prensa?” se preguntó.
Aseguró haber sido blanco de amenazas. “Ya me han amenazado. No las quiero hacer pública a la denuncia pero me han tirado una botella tipo Molotov en mi puerta pero no se ha encendido. Deben ser algunos obsecuentes de este poder. A mi mujer y mis pobres hijas les han dicho por teléfono que tenga cuidado, que no me meta”.
Y reiteró su temor de ser involucrado en el caso. “Tengo miedo que le saquen un prendedor a la gurisa y me lo tiren en el techo. Tanto policías tienen acceso a la casa que no sé que pensar. Acá son capaces de hacer cualquier cosa” advirtió.