Ojalá que esta vez aprendan en términos históricos lo que es vivir en democracia y hacer uso de una herramienta maravillosa como es la discusión, el debate de ideas, la lucha por ampliar derechos. Y dejen de intentar obstruir los debates poniendo las cosas en términos de vida y muerte.
Históricamente, por más que hayan intentado demonizarnos y acusarnos de estar a favor de la muerte, siempre han perdido en este terreno de la disputa democrática.
Vienen hablando desde hace siglos, en cada debate que se dio, de la muerte de la familia, de la muerte de la pareja, de la muerte de la sociedad, y jamás ha sucedido tal cosa.
Ojalá entiendan que lo único que intentan es impedir que otros ejerzan un derecho. Seguramente si el día 8 de agosto no se legisla a favor del derecho a decidir de las mujeres, ustedes festejarán. Pero sepan que no es un festejo genuino. No habrán ganado nada, simplemente se habrá sostenido un estado de cosas donde miles y miles de mujeres son obligadas a abortar en la clandestinidad o plegarse a lo que un sector de la sociedad quiere.
Y, por otro lado, saben muy bien que si triunfa el reclamo de millones de mujeres ustedes no estarán obligados a nada. No les será recortado, cercenado ni impedido ningún derecho. No les será impuesto un proyecto de vida.
En cambio, si gana la posición de ustedes, nosotras estaremos obligadas a vivir según sus principios y que, por lo tanto -como ha sido siempre en la Historia- como mujeres, como Pueblo, no aceptaremos vivir pasivamente una situación de opresión y violencia.
Y sepan, por lo tanto, que seguiremos luchando porque, como ha quedado evidenciado, la verdad está de nuestro lado. Y será esto solamente un mojón más en esta larga lucha que hemos sostenido para convertirnos en sujetas de derecho.
Somos conscientes de lo que esto significa. Por eso no nos sorprende la resistencia que genera. Se trata de que, una vez por todas, nos convirtamos en dueñas de nuestros cuerpos. Que tengamos la libertad de decidir sobre nosotras mismas.
Hasta la victoria, la justicia y la vida en nuestros propios términos, siempre.
