La reestructuración de audiencias de la Cámara Penal fue consecuencia del exceso de trabajo ocasionado por apelaciones con personas detenidas, que obligó a los vocales de la Cámara a privilegiar el estudio y resolución de esas causas, antes que ventilar el juicio por la supuesta malversación de fondos públicos, en tanto que los imputados gozan actualmente de libertad.