El colectivo de la firma “Santa Ana Bus” que recorría en varios momentos del día la ruta 2 que une las ciudades de Chajarí, Villa del Rosario y Santa Ana –ingresando en cada una de ellas- había salido de servicio ya que el dueño de la firma consideraba que la prestación le resultaba poco redituable e incluso, en su momento, le había manifestado a DIARIO JUNIO que estuvo trabajando “siete meses a perdida”. Y es que, según se pudo saber, si bien entre 30 y 40 personas llegaban a utilizar diariamente el colectivo que circulaba en el ámbito de las tres localidades, este número nunca era fijo, ya que muchos solo pagaban un viaje en el día, pero para el regreso, lo hacían a dedo. Esta irregularidad del uso jugó en detrimento de los intereses económicos de quien brindaba el traslado, Julio Fernández, un hombre oriundo de Buenos Aires y que explotaba el recurso desde 2002.
Desde hoy, el servicio se reactivó con menos frecuencia que anteriormente –solo dos viajes de ida y vuelta por día- pero con el aliciente de que por lo menos hay una alternativa para los que no cuentan con medio de locomoción propio.