El Banco de Santa Fe había ofrecido 172 millones de pesos y el compromiso de mantener en forma indefinida los contratos laborales. La propuesta del grupo Eskenazi también contempló que mientras la entidad sea agente financiero del gobierno de la Provincia, seguirán abiertas todas las sucursales, la casa central continuará en Paraná y se mantendrá la marca Banco de Entre Ríos sin la fusión con otra empresa.