Este miércoles 20 de octubre se cumplieron tres años desde que el basural a cielo abierto de Chajari fue inhabilitado como destino final de los residuos producidos diariamente en la ciudad, luego de que los años previos a ese día de 2007 se fuera incorporando de a poco a todos los sectores de la localidad a la recolección de desechos con destino a la Planta de Tratamiento de Residuos Sólidos Urbanos que se inauguró en 2003.
El basural, un predio de unas dos hectáreas aproximadamente, hoy recibe solo follaje o maderas de descarte, que son eliminados con quemas controladas. Toda la basura de la ciudad tiene hoy como destino final la Planta de Tratamiento, la que no solo constituye un beneficio a nivel ambiental, sino que tambien a nivel económico. Si bien, según el funcionario, “lo que le reporta en materia de ingreso económico no alcanza ni mínimamente a cubrir lo que cuesta mantenerla funcionando”, no es menor el hecho de que a lo largo de los años la venta de material reciclado (papel, cartón, plástico, hojalata) se ha ido incrementando.
De acuerdo a la estadística trazada por Robalo, la venta de reciclado se ha ido comportando de la siguiente manera: En 2004 se obtuvieron beneficios por valor de $ 5.432. En 2005 $ 30.100. En 2006 $ 45.000. En 2007 $ 90.000. En 2008 (con los residuos de todos los barrios ya destinados a la planta) $ 136.000. en 2009 $ 145.000. En 2010 se prevé llegar a los $ 160.000. “Hoy no se puede ganar plata con una planta de tratamiento. Lo que tiene, si, son réditos ambientales”, aseguró Robalo. “Y eso es lo que interesa y el objetivo que no hay que perder.
En materia de planes futuros, el funcionario adelantó que se volverá a intentar producir biogas (ya se produce biodiesel), ya que el proyecto había quedado trunco hace algún tiempo porque para tal producción hace falta utilizar el material orgánico que ingresa a la planta, el que hoy es utilizado mas que nada para la elaboración de abono orgánico. “Vamos a seguir sosteniendo todos los desarrollos que son originales de la planta”, dijo, al tiempo que consideró al lugar “mas alla de un lugar donde se reciben residuos”, como “un área educativa y de desarrollo tecnológico”.