En lo que respecta estrictamente a la agenda cultural de la fiesta, a la presencia del grupo folclórico Los Altamirano, se sumará la actuación de Verón Palacios, La Cumbre, el Trío Los Amigos, Los Concepcioneros y Los Mensajeros del Chamamé.
El espectáculo contará con la animación de Norberto Perdomo y César Gismondi. Por otra parte, se anunció que el público podrá degustar y adquirir el producto que da origen a esta fiesta: el salame. Por otra parte, el domingo, organizado por la Agrupación Ciclista San Clemente, se disputará el Gran Premio Ciclista “Fiesta del Salame”.
Para el sábado venidero, en tanto, se anuncia una gran cena show con la actuación de Los Linces, el Grupo Herencia, Los Auténticos Leonard y el humor de El Chajá. La conducción del espectáculo estará en manos de Marisa Baldino y Néstor Coullerí. Esa noche se entregarán los premios de la competencia ciclística y del campeonato de bochas ya realizado. Asimismo se elegirá la reina y princesas de la Fiesta y también aquí se podrá degustar y adquirir salames.
El salame de Chajarí
La historia de los salames de Chajarí comienza en Villa Libertad con la llegada de inmigrantes italianos arribados de regiones como Veneto, Lombardía, Trentino, Liguria, Emilia Romanga y en años siguientes del Friuli. Aquellos “tanos” se dedicaron a la agricultura, al tiempo que aplicaron los conocimientos que tenían sobre industrialización de alimentos para autoconsumo. La conservación de las verduras, leches y carnes constituye un bagaje cultural italiano mundialmente reconocido y este grupo proveniente de lugares donde los largos y rigurosos inviernos condicionan la vida a la reserva de los alimentos, no fue la excepción.
En este marco, los chacinados de cerdos y bovinos han sido quizás de las tecnologías de conservación más reconocidas y, dentro de ellos, el salame ha sido su máxima expresión, al punto que el salame de Chajarí es reconocido muy lejos de los límites de la ciudad, sirviendo incluso como una tarjeta de presentación indudable para la “Ciudad de amigos”.
En los últimos años se logró uniformar la receta y la forma de presentación de los salames locales, lo que ordenó la oferta, al tiempo que pone en el mercado un producto tradicional de calidad controlada, certificada y con volúmenes suficientes para tener puntos de venta permanente.
