Jorge Calza deja su impronta y su impresionante trayectoria en esta ciudad. Se trató de uno de los intelectuales más destacados de Concordia aunque de bajo perfil y últimamente alejado de estas actividades.
Jorge y con el renacer de la democracia fue uno de los referentes e impulsores de la Escuela Borges que, a poco de andar se transformó (por la calidad de sus docentes), en un faro educativo.
Las primeras camadas de alumnos de esa escuela salían con un nivel de formación digna de resaltarse. Jorge congregó allí a muchos de los más reconocidos profesores de la ciudad.
En el medio de la crisis educativa acentuada con el menemismo, llegó a la conclusión que su tarea en ese lugar había llegado a su fin. La falta de presupuesto y el poco interés por la calidad de la educación lo terminó de convencer que iba a resultar difícil llevar adelante su proyecto en esas condiciones.
Creó entonces y junto a otros docentes y educadores de gran nivel y reconocimiento, una escuela privada que aún tiene sus puertas abiertas, Los Naranjos.
Según personas muy allegadas a Jorge, su vida dio un vuelco muy grande luego de la muerte súbita de su hijo de poco más de 30 años.
Jorge dejó como legado cosas valiosas, su paso por la vida dejó una huella profunda y será recordado como alguien comprometido con su tiempo y su actividad.