El aplazamiento para la vuelta a clases se debe a que la empresa que ganó la licitación para la reparación del edificio, Cemyc SRL, este martes se hará presente y llevará adelante una evaluación sobre el estado en que quedó la infraestructura luego del incendio. Además, aconsejará qué sectores utilizar para seguir dando clases, y cuáles deberán ser clausurados para permitir el trabajo de los albañiles.
Esa evaluación estará recién lista para el jueves, por lo cual este lunes las autoridades educativas resolvieron que las clases no se retomarán sino hasta el martes. Y de paso, dieron por descartada la posibilidad de que los estudiantes sean reubicados en otros edificios escolares para que puedan retomar la actividad. Uno de los temores de la directora Alicia Borghello es la pérdida de matrícula y eventualmente el abandono por el traslado compulsivo a otras escuelas.
Este lunes, el secretario general de la seccional Paraná de la Asociación Gremial del Magisterio de Entre Ríos (Agmer), Claudio Puntel, y el presidente de la cooperadora de la Escuela Rivadavia, Maximiliano Vitale, presentaron una denuncia penal en la Justicia, en la que responsabilizaron por el siniestro del viernes al presidente del Consejo General de Educación (CGE), José Luis Panozzo; al ministro de Planeamiento, Infraestructura y Servicios, Luis Benedetto; a la exsecretaria de Planeamiento y actual directora de Vialidad, Alicia Feltes de Benítez; al subsecretario de Arquitectura y Construcciones, Julio Ardunio; y entre otros, a la coordinadora de Infraestructura Escolar, Ana Abreu.
Patrocinados por el abogado Rubén Pagliotto, los denunciantes sostienen como “probable” causa del siniestro a un “cortocircuito o falla eléctrica similar (tesis que es abonada con casi seguridad debido al calamitoso estado estructural del edificio y de las instalaciones eléctricas que, a pesar de haber sido reparadas a finales del pasado año, sin embargo siguieron expuestas a las filtraciones de los techos y humedades de las paredes), producto de un recalentamiento de las instalaciones en el salón de actos de la escuela que se encuentra en el primer piso”, según el texto de la denuncia.
Y de paso, dan cuenta que el reclamo para la reparación de la escuela empezó en 2011, y que el trámite quedó varado en algún intersticio de la burocracia, hasta que se reactivó recién en abril de este año.
La presentación que formuló este lunes Pagliotto todavía no fue asignada a ningún fiscal –ese trámite podría cumplirse este martes: hay dos nombres que se barajan, los de Juan Malvasio y Gervasio Labriola–, pero no es la única que está tramitándose en Tribunales.
Enterados del incendio, el viernes, los primeros que llegaron a la Escuela Bernardino Rivadavia fueron los efectivos de la comisaría primera –ubicada a escasos metros del establecimiento educativo–, que iniciaron una investigación de oficio que, después, pasó a manos del fiscal Martín Wasinger.
El sábado, las autoridades del Consejo de Educación se presentaron ante el fiscal para pedir que se esclarezcan los motivos del siniestro que destruyó el salón de música de la Escuela Rivadavia, y obligó a suspender las actividades escolares durante más de una semana.
El abogado Gastón Etchepare, vocal del CGE, se hizo presente ante Wasinger, y según lo que contó a EL DIARIO ahora aguarda los resultados de las primeras pericias de Bomberos Zapadores que echen luz sobre los motivos del incendio. “Todavía no está el informe de Bomberos así que no sabemos cuáles fueron las causas”, explicó Etchepare, el funcionario que este lunes estuvo con los padres y los docentes de la Escuela Rivadavia, junto a la directora departamental de Educación, Stella Maris Salas.
Respecto de la situación del edificio escolar, el funcionario indicó que este martes se harán presente en la escuela representantes de la empresa Cemyc SRL, adjudicataria de la obra de restauración, que evaluarán la situación y determinarán qué espacios podrían habilitarse para los alumnos y cuáles no. El informe respectivo recién estará el jueves para ser evaluado por autoridades, docentes y padres.
–¿Se sabe cuál fue la causa del incendio? –preguntó EL DIARIO.
–Bomberos no informó nada. No nos llegó nada. Estamos a la espera de ese informe, para después agregarlo a las actuaciones que hay en la Justicia. Se habló incluso de que la escuela no tenía matafuegos, y eso no es real. La escuela primaria tiene 1 matafuego, y otros cuatro son de la escuela secundaria (Maximio Victoria, que funciona a la noche, NdelR). Además, los matafuegos estaban cargados.
Escenario: lo primero es el olor
Un rasguño alado que se mete, rápido, por la nariz, y después se vuelve hipnótico: todo huele a quemado, todo parece estar quemado.
A un lado y a otro del pasillo enorme que sigue al ingreso por calle Tucumán sólo se ven docentes en estado de expectación, sentados en un banco, tomando mate, mirando el celular.
No hay clases. No habrá clases en los próximos días y todo el edificio, ahora, parece una casa tomada. Hay gente extraña, reuniones urgentes, teléfonos que suenan con la insistencia de los llamados perentorios.
El incendio del viernes dejó un manto imperceptible que lo cubre todo.
Que chamuscó el piano, el cielorraso, las paredes y la carpintería del salón de música, que estropeó ese mural gigante pintado al final del escenario central, que abrió un agujero oscuro en el piso: un ave negra que se asentó a la siesta de un viernes de septiembre.
Una escalera que se abre en dos lleva a la planta alta, donde está el salón de música que ya no está, y también lleva hacia algunas aulas envueltas en la penumbra que arrastran los postigos clausurados.
Hay un silencio extraño en este lugar donde el olor a humo agobia.
Las llamas se apagaron hace días. Pero ese olor persiste. Todavía.