El plan evaluativo alcanzará a escuelas, públicas y privadas, del nivel III de la educación general básica (EGB), el nivel Polimodal, las viejas escuelas secundarias, los establecimientos técnicos y agrotécnicos y las escuelas de adultos, y se hará durante un día institucional —sin dictado de clases— que cada establecimiento definirá según su propia dinámica.
Ya en la primera semana de noviembre se desarrollarán talleres departamentales en los que se abordará la síntesis de lo que se trabajó por escuela, para luego volcar todo en un encuentro provincial.
Según han dicho las autoridades, en esa evaluación cobrarán particular protagonismo los institutos de formación docente, que tendrán a su cargo el análisis y elaboración de la información recogida.
La iniciativa busca tener un mapa de situación de la escuela entrerriana después de dos décadas de sucesivas modificaciones, que empezaron con la transformación curricular a fines de los años 80, siguieron con la reforma educativa de la mano de la Ley Federal de Educación en la década del 90, y continuó luego con la aplicación desigual de la Escuela Intermedia o el nivel Polimodal, cambios que no incluyeron a todo el sistema.
La realidad hoy muestra un esquema fragmentado, con preocupantes índices de fracaso escolar, principalmente abandono y repitencia.
“Se trata de un trabajo inédito. Nunca se había hecho una evaluación pensada en estos términos, por cuanto el antecedente más cercano que tenemos, que son los operativos de evaluación que hace la Nación, están en una dimensión opuesta. Esto no tiene nada que ver con los operativos de evaluación, por cuanto acá no se mide cuánto aprendieron los alumnos sino que, a partir de una mirada cualitativa, se busca conocer qué piensan los docentes, y en una segunda etapa, se indagará respecto de lo que piensan padres y alumnos también”, dijo Amalia Homar, representante de los maestros en el CGE.
“Se trata —añadió— de un primer diagnóstico que servirá después para aplicar las políticas más acordes a la situación de la educación”.
Índices
Uno de los parámetros que sirve para medir el fracaso escolar es el índice de repitencia. Èste pasó en 7º grado del 1,42 % en 1999, al 6,13 % en 2002.
El dato surge de un estudio hecho entre 1999 y 2002 en el denominado tercer ciclo de la enseñanza general básica (EGB III), y para evaluar el impacto que tuvo la aplicación de la reforma educativa de los años 90.
El relevamiento muestra también que el porcentaje de promoción —alumnos que pasan de un año a otro sin necesidad de rendir o acudir a recuperatorios— cayó del 80 al 78 % entre 2000 y 2002, mientras que el porcentaje de abandono subió del 2,51 % al 6,15 %.
Un subproducto de la repitencia es la sobreedad. De acuerdo al relevamiento hecho en Entre Ríos, el 38 % de los alumnos de EGB 3 están por encima de la edad teórica en que deberían cursar cada año de este ciclo. La sobreedad de la población que asiste al 7º año es del 30 %; en 8º y 9º, llega al 40 %.