A Entre Ríos se le asignó un total de 5.000, los otros 3.000 restantes se destinarán a otras ciudades, donde también se deberán crear las cooperativas de servicios que, en una primera etapa, estarán abocadas a: “limpieza de arroyos, pinturas de edificios públicos, desmalezados o parquizaciones, entre otros”, detalló en diálogo con El Diario, el ministro de Desarrollo Social de la provincia, José Cáceres.
Las cooperativas deberán estar conformadas como mínimo por 60 personas. Y como requisito no estar percibiendo ningún otro beneficio social en el grupo familiar. “No quedan excluidos los que reciben la Asignación Universal por Hijo o la tarjeta social alimentaria”, aclaró el titular de la cartera social entrerriana.
Aunque para los militantes cooperativistas, las asociaciones que se formarán con el plan de Ingresos Social con Trabajo, está lejos del espíritu asociativo y solidario que tienen las cooperativas, Cáceres reconoció que tal vez hubo una “utilización del nombre, pero lo que se pretende, a través de las cooperativas, es fomentar el sistema solidario que tienen estas entidades, donde cada asociado se controla entre sí”, sostuvo.
“Lo que queremos con la capacitación es que estos trabajadores, que están fuera del sistema, aprendan un oficio para que cuando termine el módulo puedan seguir trabajando por cuenta propia”, acotó el funcionario.
Cada módulo o función específica subsidiada de cada cooperativa será de ocho meses. Durante esos meses, cada una de las entidades recibirá partidas para la adquisición de herramientas, mientras que cada uno de los trabajadores, se les depositará el incentivo (sueldo) de 1.200 pesos directamente en una cuenta bancaria individual, dinero que podrán retirar con una tarjeta de débito.
“Inicialmente, se realizarán tareas de servicios, tal como están establecidos los módulos. La decisión de hacerlo primero en Concordia tiene que ver con los índices que maneja el Indec (Instituto Nacional de Estadística y Censos) respecto a la población que se encuentra fuera del sistema”, acotó Cáceres.
Como exigencia del plan, a fines de octubre comenzará, durante un mes, el curso de capacitación para los integrantes de las distintas cooperativas, las que estarán controladas por una Unidad Ejecutora, a cargo de Daniel Irigoyen, quien es además titular del área de Programas Especiales, que depende del Ministerio de Desarrollo Social de la provincia.
Esa Unidad Ejecutiva será la encargada de trabajar con cada una de las cooperativas, en la parte operativa de las entidades. “Uno de los objetivos de este plan es recuperar la cultura del trabajo, sobre todo de aquellas personas que anímicamente quedaron hecha pedazos, no fueron a la escuela y están fuera del sistema”, acotó Cáceres.
Por una cuestión de operatividad, el primer desembolso que haga la Nación se enviará a la Unidad Ejecutora entrerriana “para la compra de insumos y elementos de seguridad para los trabajadores. Después el incentivo se deposita en cada cuenta particular”.
–¿Qué futuro tendrán las cooperativas, cuando finalice el módulo de los ocho meses?
–Los módulos duran ocho meses, el objetivo del programa es que en ese lapso –aunque vamos a pelear para que siga el plan–, es que el monotributista social aprenda un oficio y después trabaje por su cuenta. Queremos que la gente que ingresa al programa entienda que después no lo pueden poner de ordenanza en el hospital San Martín, porque no es así. El objetivo es que se valgan por sus propios medios.
–Los cooperativistas están en contra de este sistema, porque dicen que las cooperativas que se formarán son ficticias, ya que no preservan la estructura y el espíritu solidario.
–Pueden protestar porque el nombre es similar. La idea acá es que la persona corte con el individualismo. Y que la mejor herramienta para que se sientan solidarios y no se embromen entre ellos. Los integrantes de estas cooperativas tienen que saber que el trabajo que uno no realiza lo debe realizar el otro y eso es importante. Además se busca que tengan la capacidad de organizarse y sentir que cada uno es dueño de lo que está haciendo. Es una cuestión de formación, queremos que se formen, que se organicen y que adquieran la cultura de trabajo.
–¿Las cooperativas estarán registradas en el Instituto de Promoción Cooperativa y Mutualidades?
–No, lograrán su matrícula a través del Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (Inaes) y estarán inscriptos como monotributista social, cada uno, en forma individual.
Beneficiarios
El programa Ingreso Social con Trabajo a través de cooperativas está destinado a personas sin ingresos en el grupo familiar, ni prestaciones de pensiones, jubilaciones nacionales, ni planes del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social o provinciales. “Este programa no es comparable a un plan de ingresos, como el Plan Jefes de Hogar; tampoco es un plan de obras públicas; el objetivo aglutinador es recuperar la dignidad del trabajo”, se indicó.
Los aspirantes primero deberán inscribirse y luego serán seleccionados para formar parte de cooperativas. La cantidad de cooperativas depende de las obras a realizarse. Los cooperativistas perciben mensualmente un adelanto en concepto de anticipo de excedente; esto significa que hay que trabajar para que ese dinero le sea depositado. Está previsto un mecanismo de control de asistencia y, según el caso, de bajas, porque el que no trabaja no cobra y su lugar será ocupado por otro aspirante.
Cooperativas versus cooperativistas
Como activo militante del cooperativismo, el ex presidente del Instituto Provincial de Cooperativas y Mutualidades de Entre Ríos (Ipcymer), Pedro Aguer, no está muy convencido que el plan de Ingreso Social con Trabajo, sea a través de cooperativas o bien se utilice el nombre de cooperativas. “Antes de crear cooperativas, se necesitan cooperativistas. Lamentablemente, por esa situación fracasaron las cooperativas en el pasado”, acotó.
“La cooperativa debe nacer de una necesidad sentida de aquellas personas que deciden voluntariamente y libremente asociarse para satisfacer necesidades comunes y no por una cuestión electoralista”, acotó.
Aguer no está de acuerdo con que las cooperativas sean tomadas “como bolsas de trabajo”, debido a que “a los integrantes de las cooperativas, sin ser cooperativistas, están recibiendo sueldos como consecuencia de subsidios. A las cooperativas hay que aportarle para que salga el excedente y con eso, cada integrante pueda vivir. Para eso se necesita educación cooperativa”.