Tal como lo adelantó DIARIOJUNIO el pasado viernes, Matías Bressán comenzó a cumplir su condena de 10 años de prisión, de los cuales deberá pasar recluido seis, dado que se computan como cumplidos los cuatro años que estuvo sujeto a proceso y bajo tratamientos tutelares.
Según confirmaron fuentes judiciales esta mañana, aún el STJ no había dictado la orden de captura cuando la representante legal de Bressán informó sobre su intención de entregarse. Matías estaba viviendo en Paraná, por lo que requería de un día más para viajar a Concordia, solicitud que dados sus antecedentes de buena conducta ha sido concedida.
hoy por la mañana, cerca del mediodía, el joven que ahora tiene 21 años se presentó en la Defensoría de Pobres y Menores, desde donde se tramitó la entrega con el juez de Menores Rodolfo Jáuregui, para ser trasladado a la Unidad Penitenciaria N°3 Concordia. Asimismo, se confirmó que el condenado presentaró su recurso de Queja, enviando una carta de su puño y letra dirigida a la Defensoría General de la Nación, solicitando que este ministerio tome su tutela a los fines de presentar el recurso ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
Cabe recordar que la votación que rechazó el recurso en cuestión, fue de dos a uno, con dos votos por el rechazo del recurso (Chiara Díaz y Mizawak) y uno por la no aplicación de pena (Carubia).
LA HISTORIA
Matías Bressán fue condenado por triple homicidio calificado, por el hecho perpetrado en noviembre de 2007, en la quinta que el funcionario judicial Miguel Bressán tenía con su esposa Celia Taleb, en Estación Yeruá y en la que el entonces menor, hijo extramatrimonial del funcionario, trabajaba como peón.
Al día siguiente del hecho el cuerpo del Bressán, su mujer y del pequeño hijo de ambos, Facundo de 18 meses, fueron hallados sin vida con varios disparos en distintas partes del cuerpo y de dos calibres distintos; 9mm y 380, ambos de alto poder destructivo.
La noticia tuvo tanto impacto en la opinión pública que en la puerta de tribunales se organizó un pool de prensa que aceleró los tiempos de la investigación, a cargo del entonces Juez Maximiliano Benítez; incluso, luego trascendió que Matías había reconocido el hecho ante el Juez de instrucción, testimonio que fue declarado nulo y descartado para el juicio, por ser improcedente que un menor declare en su contra si no es ante un juez de Menores.
Otro dato escabroso del hecho es que una de las armas usadas para el crimen, calibre 380, era un arma secuestrada por el Poder Judicial, era evidencia de un hecho, pero al parecer estaba en manos del secretario de juzgado, de allí que su hijo la obtuvo para darle muerte.