Valín asegura que el remate del Cap-Yuquerí fue una las concreciones de una política destinada a “terminar con la pequeña y mediana empresa, con el empresariado nacional” de los Martinez de Hoz, Cavallo y Alsogaray. “Había que liquidarlo porque había que darle a los sectores privados el manejo de la industria de la carne” dijo Valín.
El gremialista aseguró que “Cap-Yuquerí era una planta que a partir de la faena de vacunos los derivados de todo eso se transformaban en materia de exportación. Existía la molienda de huesos, se fabricaban aceites, grasas comestibles, así no se perdía absolutamente nada”.
“Cuando la planta cerró, trabajaban 1000 y pico de personas. Llegó a tener 2500 en el 45, 55, 60. Incluso, cuando yo llegué al gremio, trabajaban 1600. Era 1967, 68” aseguró.
Con respecto a la oposición del gremio a sabiendas de lo que se venía, Valín aseguró que “antes de cerrar el frigorífico, intervinieron el sindicato. Una vez sacamos una solicitada en el entonces Diario El Sol, en diciembre del 79, cuando planteábamos las cosas con las que no estábamos de acuerdo con el gobierno de facto. Eso sirvió para que persiguieran a la gente para que no digan lo que tenían que decir. Nosotros nos quedamos tranquilos porque decíamos lo que teníamos que decir”. Las declaraciones de Valín se contraponen a la opinión que tienen vastos sectores de la sociedad respecto de su comportamiento durante los “años de plomo”.
El gremialista recordó que CAP-Yuquerí “era una de las plantas grandes. En Entre Ríos había varias, en Gualeguaychú había otra que trabajaban 800, 900 personas. En Santa Elena otra de ese formato de empresa. Aquí, en Liebig´s había otra que mataba y exportaba. Era la época pujante de la empresa frigorífica”.
El panorama actual difiere mucho de aquel entonces. “En Entre Ríos no han quedado plantas, excepto una en Paraná, Frigorífico Alberdi, donde trabajarán 400 o 500 personas. Pero empresas que exporten, salvo Swift que está en San José, no han quedado en Entre Ríos. Pero esta es una provincia ganadera, no entiendo porque no se instalan frigoríficos”.
«No queda nada»
¿Qué quedó de aquella planta?. “No queda nada, lo destruyeron totalmente. Queda algo de mampostería. Una parte de hormigón del muelle. Se que el gobierno quiere crear un puerto y es un lugar importante. Ese lugar tenía una vía ferroviaria por donde se mandaba a Bs. As. la producción” respondió Valín.
Lo único que funciona actualmente es un matadero. “En las partes que dan hacia las vías del ferrocarril, saliendo a la ciudad se hizo un matadero donde trabajan 30 personas pero se faena para consumo, únicamente” dijo Valín.
Hubo un intento de reactivación que con el correr del tiempo fue declinando. “La maquinaria la compró un chatarrero, un tal Caputo. Cuando supimos que se caminaba al desguace de la planta, en 1979 entrevistamos al gobernador de facto, Washington Ferreira, pidiendo que se evitara el desmantelamiento. Habíamos hecho una comisión de reactivación de Cap, nos prometió buscar inversores para que no ocurriera lo que ocurrió. Posteriormente, con el gobierno constitucional de Montiel, nos entrevistamos con el gobernador y obtuvimos la promesa que iban a ocuparse del tema. Lamentablemente no se dió, ocurrió lo que ocurrió. No queda nada, se vendieron todo” dijo Valín.
Hoy, difícilmente puedan llegar a abrir frigoríficos que utilicen una gran cantidad de mano de obra. “Santa Elena podría reabrir pero hay que reconocer que la planta frigorífica con la estructura que tenía antes es difícil que se vuelva a crear porque ahora se faena, se enfría, se hacen cortes determinados y se exporta. La mano de obra que se utilizaba antes se achicó. Es otra estructura la del frigorífico. Falta el empuje de los gobiernos provinciales para ir encontrando inversores” dijo Valín.