El momento de mayor emotividad fue cuando escucharos los relatos de Mónica Pérez, viuda de Marcelo Fisher, y de Javier Román, hijo de Félix Román, ambos afiliados radicales, grandes sindicalistas de la época, pero “sobre todo buenas personas que el único error que cometieron fue ser jóvenes idealistas que se enfrentaron al poder de turno”, destacaron en la gacetilla.
“Sin dudas ésta semana tiene que ser de reflexión y de docencia hacia los más jóvenes, para que Nunca Más el estado vuelva a ejercer terrorismo contra las personas que piensan diferente”, indicó.
Por último, se colocaron dos cuadros en conmemoración de Marcelo Fisher y Felix Román, que pasaran a ser parte de la galería del Comité.