De la Vega relató lo sucedido: "Estaba acordada la implementación del aumento, se había anunciado en Olivos. Al día siguiente, cuando teníamos que redactarlo y firmarlo, insólitamente aparecieron nuevos pedidos que cambiaron el equilibrio que habíamos logrado".
En diálogo con radio Continental, el presidente de la Cámara de Comercio explicó que el sindicato que lidera Armando Cavalieri reclamó incorporar una suba en varios adicionales del convenio colectivo de trabajo, como suplementos para cajeros (falla de caja) y vidrieristas.
De la Vega señaló que la caída del acuerdo se la comunicó el propio ministro de Trabajo, Carlos Tomada. Sobre los nuevos pedidos, precisó que aún no hubo un entendimiento en las últimas audiencias en la cartera laboral, y anticipó que necesitarán tiempo para dar respuesta. "Hay que consultar a los sectores. Estamos en un punto muerto", aseguró el directivo.
Consultado si el sector está en condiciones de afrontar los nuevos reclamos, el empresario definió: "no hay que ser absolutamente inflexibles, pero la paciencia tiene un límite. La gente de bien, cuando acuerda de palabra, suele mantener lo acordado".
Inicialmente, el acuerdo rubricado entre la Federación Argentina de Empleados de Comercio y Servicios y las cámaras patronales del sector consistía en un incremento del 27 por ciento, a pagarse el 17% el 1 de abril, y el otro 10 por ciento, desde el 1 de septiembre.
Además, incluía otros dos montos fijos de 1.200 pesos en julio y noviembre, que, sumados a los porcentajes, totalizaban un aumento para los empleados del 29,9% anual.
Con la aplicación de la suba, el sueldo de un trabajador de comercio llegaría desde el 1 de abril a 8.451 pesos. De bolsillo, se trata de cerca de 6.700 pesos.