“Este viernes se cumplen cinco años de la jura de la Constitución Provincial reformada, y aún no se ha avanzado nada en enorme cantidad de aspectos que se incorporaron allí”, señaló el candidato del FAP, que fue convencional en 2008 por el Partido Socialista.
“Es notable que la Constitución, que ha sido presentada por ellos mismos como ejemplo de progresismo, cuidado ambiental, transparencia y participación ciudadana, sea burlada cotidianamente por el PJ entrerriano, empezando por Urribarri”, dijo Schvartzman.
“La deuda del PJ con la ciudadanía de la provincia no tiene ninguna justificación, porque si bien algunas de las incorporaciones y reconocimientos de derechos y garantías realizados en el texto de la Carta Provincial, requieren adecuar la legislación provincial para ser operativas, hay muchas otras que no necesitan más que la voluntad política, y es evidente que si algo no quiere el PJ gobernante, es avanzar en todos esos aspectos”, señaló.
A continuación enumeró las materias reconocidas en la nueva Constitución y aun pendientes de efectivización: “Acceso a la información, el Ente ambiental, Consejo Económico y Social, derechos ambientales, los mecanismos de democracia directa, la reforma política, la equidad de género, el Defensor del Pueblo, la desconcentración de los entes provinciales, los entes autónomos de control, remuneraciones en blanco a los trabajadores, son algunas de las muchas deudas que el oficialismo entrerriano tiene con el pueblo de la provincia”.
Luego dijo que “el paso del tiempo agrava la omisión de sus autoridades, siempre inmersas en una carrera de de ambiciones y personalismos, como ocurre con quien encabeza el Ejecutivo provincial, que sólo sueña con estar en la fórmula del 2015, en lugar de estar cumpliendo con la Constitución o impulsando la legislación requerida para hacer exigibles los derechos incluidos en la Reforma de 2008, que, a 60 meses de la jura, continúan siendo letra muerta”.
“Iniciativas de enorme trascendencia social fueron incorporadas: el ingreso mínimo, la participación de trabajadores y usuarios en las empresas y estructuras del Estado, la igualdad de género, el acceso al agua y a la información como derechos humanos. Pero será necesario que se apropien de estos textos, los sectores que creen en el cambio social, textos aún desconocidos por la mayoría de nuestra comunidad. Será necesario que quienes creemos en la política como herramienta para mayor libertad e igualdad, los traduzcamos a iniciativas legislativas, los vinculemos con los mecanismos de participación popular que ahora sí incluye nuestra Carta Provincial, y para ello es imperioso que esos sectores los difundan en el seno de los grupos que están fuera del bloque del poder, aún desorganizados e incapaces de operar juntos como bloque alternativo”.
“Lo que hay que entender es que, para el PJ, el incumplimiento de la Constitución no es una omisión o una distracción: es una decisión. Por poner un solo ejemplo, desde 2008 la Constitución prohíbe nombrar sin concursos a los directores departamentales de escuelas y a los directores de centros de salud. Es evidente que eso no requiere de adaptaciones legislativas ni de mucho gasto: solo hay que hacer un concurso en cada caso, como los centenares de concursos que se hacen en las escuelas, universidades o institutos. Pero Urribarri, con su estrecha mirada, no quiere dejar de nombrar a dedo a 17 directores departamentales de escuelas y a 65 directores de hospitales. Para él es más importante tener a su arbitrio 80 cargos discrecionales que cumplir el artículo 36 de la Constitución”.
“Otro ejemplo, que confirma que es una decisión: ni una sola ciudad entrerriana ha avanzado en establecer su Carta Orgánica. En cinco años. Es que para el PJ, la autonomía municipal y el federalismo son solo para el discurso, no para la realidad. En la realidad cotidiana, los intendentes deben ser obsecuentes para conseguir recursos, y las prioridades en obras publicas las siguen definiendo funcionarios desconocidos en oficinas de Paraná o de Buenos Aires, sin ninguna explicación a la ciudadanía, como los millones para la cosechadora trucha, el contrato del jardinero de Néstor, los millones de pesos para cineastas o historiadores ajenos a la provincia, los cientos de millones para obras faraónicas como el Puente a la Isla en Concepción y tantos etcétera. Todo eso es el verdadero ‘sueño’ de Urribarri. Y en eso, como en tantas otras cosas, es igual a su maestro Busti, el socio de De Angeli”.
