Según analiza la policía de La Paz, estas personas, oriundas de Córdoba, se habían ganado una merecida confianza en sus operaciones, por lo que sus cheques con cuenta en el Banco Nación -sucursal La Paz- eran bien recibidos como pago al momento de cada transacción. No obstante, habría sido siempre una sola persona la que al extenderse cada documento crediticio firmaba autorizando su cobro.
De esta forma se acostumbraron a pagar en operaciones realizadas en La Paz, Santa Elena y Bovril, y también en los departamentos Federal, San Salvador, Concordia y Paraná, e incluso en Santa Fe.
No solamente los 30 denunciantes se vieron sorprendidos en su buena fe, al conocer que la cuenta a la que acudieron para cobrar sus últimas transacciones estaba vacía, sino que también el que firmaba esos cheques -que sería además una de las pocas caras visibles de esta organización- un hombre de 76 años, hoy dice sentirse sorprendido y abandonado por quienes estaban hasta hace poco tiempo atrás trabajando en el mismo escritorio.
La Policía de La Paz ya tiene una comisión de investigadores trabajando en el la provincia mediterránea, tratando de dar con el paradero del resto de la banda y donde -según adelantaron- se habría logrado interceptar en tránsito hacienda que fue comprada con estos cheques sin fondo y que iba destinada al Mercado Concentrador de Liniers -donde ya otra carga habría logrado ser colocada-.
Por otra parte, se confirmó que en Santa Elena se pudieron rescatar aún en campo, más de 600 animales vacunos comprados bajo la misma estafa, los que de acuerdo a la marca estampada en cada bovino que se constatara, se entregaba al que la había vendido de buena fe, como depositario judicial.
En total serían tres los integrantes del grupo que ahora es buscado para su detención, quienes durante los tres últimos años tuvieron domicilios transitorios en la Ruta Provincial Nº 48, de la ciudad de Santa Elena.
No solamente vacunos eran el objeto de las compras con los cheques con los que decidieron dar el gran golpe final, sino también muebles varios, artefactos eléctricos, productos veterinarios, maderas de distintos tipos, rollos de alambres, e incluso uno de los vehículos en los que se movilizaban, que fue adquirido en una concesionaria en la ciudad de Paraná.
Según lo que se estimaba hasta ayer, de acuerdo a lo que va siendo secuestrado y constatado como malhabido a través de una Estafa Fraudulenta, el monto en dinero, en perjuicio de los damnificados, podría superar la suma del millón y medio de pesos.
