La legisladora recordó “aquella jornada histórica del 30 de marzo de 2005 donde se realizo un corte total de las rutas Nº 6 y Nº12 y toda la ciudad estuvo presente es las rutas para que el gobierno nacional y provincial tomaran una definición concreta sobre esta planta frigorífica, y de esta manera lograr la reapertura”. Luego recalcó que pasaron 15 años para que el frigorífico pueda volver a exportar al mercado europeo.
La Cuota Hilton (la denominación se debe a que en principio debía abastecer la distribución de carne en la cadena de hoteles de categoría de este nombre) comprende «cortes refrigerados y deshuesados de carne de vacuno procedente de animales de una edad comprendida entre los veintidós y los veinticuatro meses”, entre otros requisitos. El principal destino de la Cuota Hilton es Alemania (76 %) seguido por Holanda (7 %), Reino Unido (6 %), Bélgica (3 %), Italia (2 %) y España.
Desde 1995 la cuota adjudicada a la Argentina es de 28.000 toneladas, lo que representan casi el 50 % del total de la Cuota Hilton otorgada por la U.E., volumen que se otorgó en compensación por el cierre de mercados debido al brote de aftosa que durante el 2001 impidió la exportación de carnes. La Argentina es el país que tiene la mayor cuota. EE.UU. y Canadá tienen una cuota de 11.500 toneladas, le sigue Australia con 7.000, Uruguay con 6.300, Brasil con 5.000, Paraguay con 1.000 y Nueva Zelanda con 450 toneladas.
Hay que recordar que la planta industrial estaba en manos del Estado Provincial hasta que se privatizó en 1991. El adjudicatario fue un consorcio integrado por el City Bank y el grupo Huancayo (Frigorífico Rioplatense) bajo el nombre de Euromarche S.A.
Allí comenzó el declive de la ciudad. Un artículo llamado “Privatizaciones y algo más… un caso en el litoral argentino”, publicado por el Instituto de Estudios y Formación del CTA, puntualizó que la planta comenzó a operar en abril de 1991 con 1.400 operarios. Previamente el gobierno provincial abonó U$S 5.000.000 en concepto de indemnizaciones. Como en otros lugares del país remises y kioscos, inundaron el paisaje.
Los pocos esfuerzos comunitarios que se alentaron a efectos de orientar programas de desarrollo de empleo productivo, fueron hundiéndose rápidamente en la indiferencia del conjunto, y en la falta de apoyo técnico y estratégico de las autoridades. Progresivamente los sectores más jóvenes se fueron desplazando hacia Paraná, para trabajar en otras actividades o a la provincia de Santa Fé (Casilda, Rafaela, Reconquista) procurando mantener su identidad de trabajadores calificados de la industria.
Un año después, en mayo de 1992, luego de sucesivos cierres temporarios cierra la playa de faena y en una maniobra irregular, transgrediendo normas impositivas y sanitarias, progresivamente la gestión privada traslada la producción al Frigorífico Rioplatense en General Pacheco (Bs. As.), convirtiéndose en otro ejemplo más de “fabrica con rueditas”. Finalmente en noviembre de 1993 se cierra definitivamente la empresa, despidiendo a todo el personal.
