La titular de Saneamiento indicó: “algunos parámetros no han dado lo que establece la ley”. Se trata del DBO (Demanda Biológica de Oxígeno). Gamboa no divulgó cifras al respecto. “No lo tengo acá en la mano al número. Para la formación al público tendría decir cuanto es lo que se acepta en colectora y todo un detalle técnico que no sé”
“Creo que lo importante es que uno de los parámetros no da y se lo sigue controlando para que vaya mejorando para que cumpla lo que dice la ley”. Consultada sobre la gravedad del nivel de contaminación constatado, respondió: “la cuestión no es si es grave o no grave, es si dan o no dan los parámetros máximos”, agregó.
El DBO es el oxígeno que se consume en un determinado volumen de agua en un plazo fijo de tiempo de tiempo (5 días), a una temperatura estándar (15ºC) y en condiciones de oscuridad, según explican los especialistas. Ese valor indica la materia orgánica presente en el agua: cuanta más hay, más activas estarán las bacterias aerobias, y más oxígeno se consumirá. Por tanto si la DBO es alta indica contaminación y mala calidad del agua y viceversa.
La muestra fue analizada en el laboratorio regional de Concepción del Uruguay: “que es el laboratorio oficial al que nosotros enviamos las muestras”, confirmó. Con el resultado del análisis, se labra un acta donde interviene el Juzgado de Faltas. “El juez es el que dice si es grave o no es grave ¿Si puede llegar a clausurarse? Eso depende del juez que evaluará y determinará si corresponde o no”, explicó.
En septiembre del año pasado, los vecinos del Manzores manifestaron “malos olores, un polvillito en el ambiente, como una lluviecita que se queda bien pegada en el auto cuando lo dejás afuera, la descomposición de la fruta y la mosca, esa del citrus chiquitita que se mete por todos lados, que eso es muy molesto”.
Lourdes Gamboa reconocía en aquel momento que “aparentemente hubo una obstrucción en la red y por eso fueron derivados al arroyo o a algún desagüe”. Los parámetros de las emanaciones eran “aptos para colectora, no para desagüe a cielo abierto”, y en consecuencia “la firma se comprometió a desagotar por la colectora”.
Esta mañana, la titular de Saneamiento Ambiental negó que los residuos lleguen al Manzores. “Al arroyo no va nada. En este caso, es un efluente líquido que va a una red colectora de Obras Sanitarias mediante una red exclusiva que construyeron aprobada por Obras Sanitarias para los efluentes de esta industria”.
Gamboa aseguró que todas las emisiones merecen un control porque “hay calidad que se merece respetar para vuelco a colectora y para vuelco a cursos natural”.
“Normalmente pasa en algunos análisis, en otros no. Depende del momento en el que se esté trabajando, depende si hay mucha producción o si no la hay. Hay épocas en las que no se trabaja tanto, pueden controlarla mejor”.
También explicó que la empresa realiza el tratamiento de los residuos en los distintos pasos. “Se puede ir haciendo en las distintas áreas y luego en el tramo final”. Gamboa titubeó al asegurar que la industria tiene planta de tratamiento.
“El efluente de la planta elaboradora de citrus es principalmente líquido. Son las cáscaras o el residuo sólido que no sirve. De su ruta y el destino final también es responsable la empresa. Formalmente son destinados a campos privados”, explicó.