San Carlos: un parque que debe cuidarse a sí mismo

El presidente de la Asociación Hotelera Gastronómica, Sergio D´ambrós, señaló que el desarrollo de la actividad turística se puede ver bajo distintas necesidades. “Una de ellas es potenciar los atractivos ya existentes o transformar otros recursos en atractivos turísticos, lo que sería incrementar la oferta de atractivos”, explicó.
Aseguró que “permanentemente se está trabajando en esto, se está peticionando, se presentan ideas, tanto al gobierno municipal como en la esfera provincial”. Entre esas mejoras se encuentran el Parque San Carlos, que tiene la selva en galería que “aún está inexplorada”.
En cambio si las autoridades municipales hubiesen trabajado sobre la selva en galería, debería parecerse al Palmar de Colón. “Ahí esta señalizado y hay información sobre la flora y la fauna de esa selva y otras características propias de otros cursos”, señaló D´ambrós.
En consecuencia, el titular de la Asociación dijo: “hemos venido reclamando y seguimos reclamando que es un recurso turístico que no se ha transformado en atractivo turístico”. El presidente de la Asociación Hotelera dijo que “si va un visitante a San Carlos a observar las características naturales de la selva en galería, no hay información ni está guiado el paseo. Se encuentra con la selva absolutamente natural”, indicó.
“Hoy no podemos decir: ‘mire señor turista, familia turista, vaya a visitar la selva en galería porque no está en condiciones de ofrecerla como hacen en otras localidades’”, expresó D´ambrós.

Letra muerta

La creación del cuerpo de Guardaparques, junto con una serie de prohibiciones y limitaciones para evitar el deterioro del Parque, data de una ordenanza sancionada a mediados de la década del 90. Sin embargo, han transcurrido las gestiones y el cuerpo de guardaparques brilla por su ausencia.
La ordenanza Nº 28312, aprobada el 30 de noviembre de 1995, establece “medidas que aseguran y garantizan la protección y preservación de los espacios verdes” del tradicional paseo.
La norma, entre otras, establece multas para quienes: corten árboles para hacer leña, extraigan minerales, vegetales, tierra o arena, talen árboles, poden indiscriminadamente, etc.
Incluso, prohíbe la instalación de carteles publicitarios, el asfaltado de cualquier camino interno, limita la velocidad máxima a 30 km/h, veda la apertura de nuevos caminos o picadas dentro de la selva en galería, establece el mantenimiento de los juegos infantiles en buen estado, etc.
La minuta finaliza urgiendo al Ejecutivo a arbitrar los medios necesarios a los efectos de instrumental la ordenanza. En la gestión pasada, la intención del municipio era conformar un cuerpo de 12 personas para custodiar el Parque las 24 horas. Como oficina evalúan usar el golfito enfrente al Hostal o el anfiteatro.

Desinterés manifiesto

En abril de 2004, el secretario de Turismo en ese entonces, Alfredo Francolini, aseguraba que “la ordenanza fue clarita desde que se sancionó; fue abierta la inscripción y nunca tuve más que una sola persona inscripta así que no hay un quórum para hacer un curso de guardaparques”. Entre los requisitos que se exigían figuraba el ser empleado municipal, tener una foja intachable de antecedentes y secundario completo. “Hay mucha gente que lo quiere hacer pero no es empleado municipal. Entre los municipales, hay muy pocos inscriptos. Falta todavía mucha gente pero tenemos que seguir difundiéndolo”, explicaba el ex-funcionario.
Francolini desconocía la razón del escaso interés. “Desconozco la razón. Yo no creo que no haya interés. Creo que cada uno está trabajando en distintos sectores y esto hace que la gente quiera continuar en sus lugares” respondió Francolini. Pero otra fuente del área explicó que “los empleados lo primero que preguntan es que adicionales se van a pagar y acá no se han prometido de ningún tipo, hasta ahora”.
La función esencial del guardaparques es preservar los recursos naturales que presenta el Parque, y al Castillo San Carlos, fundamentalmente. “Sabemos que la gente no colabora y trata de deteriorar las cosas. Queremos que se cuide toda la parte frondosa que hay, las ruinas, el monumento al Exodo. Además debe ser un guía dentro del Parque” agregó Francolini.
El horario que deberían cubrir serían las 24 horas, aunque dependen de la cantidad de personal con la que se cuente. “Queremos tener una sola entrada a San Carlos para controlar estrictamente quienes están entrando. A la noche es cuando más actos de vandalismo se producen” expresó el funcionario. Entre los daños más comunes figuran las pintadas en las paredes del Castillo y el monumento al Éxodo, rotura de árboles, juegos y la estructura que rodea los “laguitos”. “Por ahí encontramos hasta los tachos de basura dentro del agua” aseguraba el ex-viceintendente.
La inseguridad es otro de las falencias que presenta el tradicional paseo que podría revertirse con la aparición de los guardaparques. El arquitecto Juan Carlos Marcó, integrante del Consejo Asesor del Patrimonio y especialista en las Ruinas del Castillo, comentó hace poco tiempo que “la gente que va a cortar leña del bosque en galería asaltó a una pareja de turistas alemanes que habían venido a un Congreso el año pasado en Concordia y quisieron recorrer San Carlos”.
Paralelamente, el municipio instituyó el cuerpo de Seguridad Turística, que en la actualidad cuenta con 12 integrantes. El ex-secretario de Turismo expresaba que los integrantes del cuerpo de Seguridad Turística eran enviados a San Carlos los fines de semana. “No se pueden afectar como guardaparques, van en momentos claves como sábados y domingos para resguardar la seguridad de los bienes del Estado y de la gente que visita esos lugares”, agregó.
Asimismo, Francolini destacó el apoyo de la Policía en la tarea. “A veces nosotros vemos el patrullero que da vueltas sobre San Carlos, pero nos está faltando algo fijo y permanente las 24 horas”, añadió.

Los Guardaparques

El artículo 33º de la Ley Nº 22.351 (de Parques Nacionales) establece que el control y vigilancia de los Parques Nacionales, Monumentos Naturales y Reservas Nacionales estarán a cargo del “Cuerpo de Guardaparques Nacionales como servicio auxiliar y dependiente de la Administracion de Parques Nacionales, a los fines del ejercicio de las funciones de policía administrativa que compete al organismo”.
“El Cuerpo de Guardaparques Nacionales cumplirá su misión en cuanto a los delitos y contravenciones que son de su competencia”, expresa la ley. A grandes rasgos y entra otras cuestiones, los guardaparques deben evitar: la pesca comercial, la caza y cualquier otro tipo de acción sobre la fauna, salvo que fuere necesaria por razones de orden biológico, técnico o científico que aconsejen la captura o reducción de ejemplares de determinadas especies; la introducción, transplante y propagación de fauna y flora exóticas; los asentamientos humanos; la introducción de animales domésticos, etc.

Un trabajo olvidado

D´ambrós recordó el trabajo que llevo a cabo la fundación Arasy “que tuvo participación decisiva sobre un proyecto sobre el Parque San Carlos con participación del municipio, del Concejo Deliberante”. No obstante, dijo que “todo ese trabajo sobre el Parque en general ha quedado detenido en el tiempo y desde hace varios años que no se habla más sobre esto”.
Más adelante, el presidente de la Asociación Hotelera añadió que: “oportunamente se discutió, se aportó mucho material y realmente faltó llevar adelante esas ideas que realmente si se hubieran hecho en todo este tiempo hoy podríamos contar una oferta más concreta para ofrecerla al turista”.
Entre otras cuestiones, hay que tener en cuenta que en la ley se establece que la Administración de Parques Nacionales “será la autoridad exclusiva para la autorización y reglamentación de la construcción y funcionamiento de hoteles, hosterías, refugios, confiterías, grupos sanitarios, campings, autocampings, estaciones de servicio u otras instalaciones turísticas, así como para el otorgamiento de las respectivas concesiones y la determinación de su ubicación, la que coincidirá en todos los casos con los objetivos y políticas fijadas tanto para el turismo como la Seguridad Nacional”.
Justamente, la Fundación había cuestionado la existencia de un boliche a metros de la selva en galería por la perturbación ambiental que genera y proponía la apertura de un centro de interpretación. La que sucedió en ese momento es harto conocido: la municipalidad promovió una consulta popular entre la ciudadanía y se impuso la opción que proponía la continuidad del boliche. A partir de allí se otorgaron diversas concesiones y la última noticia al respecto era que el actual concesionario, Gustavo Porchetto, debía mucho dinero en concepto de canon al municipio.
Además, se desconoce si la paja que recubre el techo recibió el tratamiento ignífugo que recomendaron los bomberos (los concejales otorgaron permiso a los bomberos para que estén presentes cada vez que abre el boliche como prevención) y una parte del edificio que se quemó sigue sin la superficie que recubre la parte superior.
De todas maneras, queda claro la ausencia de políticas municipales serias para el área de Medio Ambiente. Es difícil imaginarse que el municipio de Colón, en caso de que pudiese -imposible debido a que se trata de un área protegida por la Administración de Parques Nacionales- autorizaría a Caimán o a Mediterráneo (dos discotecas de esa ciudad) a funcionar dentro del Palmar.

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