El jueves pasado, en la sesión del Concejo Deliberante, el concejal Ricardo Larocca (UCR) presentó un proyecto de ordenanza referido al tema. Entre los considerandos, señalaba que las ruinas “con el transcurrir de los años y producto de las inclemencias naturales van sufriendo un marcado deterioro paulatino. Tal es así que se observa que durante las últimas décadas parte de la mampostería de las paredes se han desprendido como así también se advierten posibles riesgos de derrumbe ante la presencia de grietas en algunos muros”.
Por lo tanto, entiende que resulta imprescindible ejecutar un programa de preservación y de mantenimiento de dichas ruinas a fin de prevenir un mayor deterioro de las mismas. Sabido es que el castillo constituye un gran atractivo turístico, motivo por el cual es visitado por numerosos contingentes de turistas y también por ciudadanos locales. En consecuencia, la gran afluencia de personas “implica un impacto sobre las ruinas no sólo desde el punto de vista estructural sino que también sobre el estado de limpieza interior”.
Por lo tanto, considera que el municipio debe ejecutar un programa de preservación y de mantenimiento bajo las siguientes premisas:
a) Proceda dentro del plazo de 60 días a elaborar y a remitir al Concejo Deliberante un proyecto de obras destinado a la preservación y mantenimiento de las ruinas del Castillo San Carlos.
b) El proyecto deberá contemplar:
– Obras de arte a ejecutar tendiente a evitar el desprendimiento de mampostería
– Posibilidad de aplicar productos de conservación incoloros tendientes a evitar que la humedad dañe a la estructura
– Conveniencia de ejecutar un cerco perimetral a fin de evitar la aproximación de vehículos a las ruinas y fijar horarios de acceso al público a las mismas. En su caso, la ubicación deberá evitar un mayo impacto visual, debiéndose utilizar materiales acordes a las ruinas
– Conveniencia de relocalizar el parador y los sanitarios contemplando la posibilidad de un salón para exponer fotografías históricas del lugar y paisajistas de la ciudad.
c) Elabore el cálculo presupuestario del costo que tendría el proyecto y tiempo aproximado de ejecución.
Riesgos de derrumbe
Hace algunos años, se llevó a cabo un plebiscito en la ciudad. Ganó la opción de consolidación y puesta en valor de las ruinas contra una de reconstrucción. En 2002, el antropólogo Jorge Rodríguez recordaba que desde el 99, año a año se han ido sucediendo varias propuestas pero no han sido concretadas. “Se notaba que continuaba el riesgo, la posibilidad de que algunas paredes se destruyeran o se cayeran. Otras de las causas que nos preocupan son los cambios climáticos. Alguna tormenta o un tornado leve lo podría afectar seriamente”, acotaba.
El fallecido arquitecto Juan Carlos Marcó decía en 2004 que las ruinas corrían serios riesgo de desaparecer por el volcamiento de las paredes hacia el exterior. “Un invierno muy lluvioso puede provocar esa destrucción total; el agua se filtra entre las paredes y el suelo y va disminuyendo el valor soporte del terreno con respecto al cimiento, cualquiera de los ángulos de la casa están fuera de la vertical, hay fisuras serias, muy grandes, en la cara oeste; ante la planta alta hay rajaduras que parten de la cornisa y llegan hasta los arcos de las ventanas”. Y dejaba en claro que el proyecto de puesta en valor más caro iba a ser barato comparado con tener que levantar los muros desde el suelo. “Si se llega a caer el costo sería totalmente diferente”.
El proyecto incluía: impermeabilizar las cubiertas de la caballeriza, hacer una vereda perimetral y contrapisos con desagües pluviales para que el agua no se almacene, eliminar las plantas que se meten en los muros. “Acá tenemos un montón de helechos y plantas parásitas hay que sacarlas y sellar las juntas”.
Proyectaba levantar un mueso en la caballeriza y una serie de pasarelas de madera para recorrer “sin permitir que la gente se meta y robe las cosas porque hay una especie de manía de robar las cosas de San Carlos”. Entre otras cosas, recordaba que en el patio de honor, en la escalerita que baja hacia el río, “hasta avanzado los años 60 tenían unos portones de reja muy lindos y se los llevaron”.
Rodríguez recordaba que el proyecto se elevó primero a algunas empresas privadas (Telecom) y esperaron varios meses y no tuvieron una respuesta positiva. También acudieron a funcionarios municipales, provinciales y nacionales y si bien encontraron eco, “no había ningún fondo para poder concretarlo”. Necesitaban entre $ 30.000 y $ 50.000. También recordó que, incluso, le presentaron el proyecto al Presidente de la Nación en ese entonces (De La Rúa), quien visitó junto con Bach, el novelista, el Castillo en mayo de 2001. “Se compenetró del tema, se le elevó una carpeta”, precisaba.
Paradójicamente, mencionaba que en Misiones, las autoridades han realizado este tipo de actividades: consolidar y poner en valor las ruinas jesuíticas. Indicaba que el ecoturismo y el turismo cultural está siendo un atractivo para distintas regiones del país.
Surgía un sabor amargo en la boca de Rodríguez cuando recordaba que el autor del proyecto de reconstrucción total tenía los fondos para ejecutarlo. “Es realmente llamativo pero es lo que habitualmente ocurre, puedo decirlo porque me toca en los distintos ámbitos estas experiencias lamentables. A veces hay proyectos que están sustentados en lo científico y en lo técnico y que realmente son cosas bien hechas y no consiguen fondos. Otras cosas que aparecen paralelamente, circunstancialmente y por gente que no maneja el tema que por ahí tiene vinculaciones políticas o tiene alguna cosa, logra sus fondos, lo tiene”.
El antropólogo decía que es uno de los males del país. “Yo lo experimento a cada momento, esto ocurre. Proyectos genuinos, consistentes que serían de un aporte para la comunidad, se traban; otras cosas que surgen arteramente por conveniencias de personas o de grupos y muy mal implementados, pasan”.
Luego dehaber recorrido muchos kilómetros, Rodríguez indicaba que en el noroeste deArgentina y en otros países como Brasil, Bolivia, Perú, Chile, “a veces hay mayor afecto por un mayor sentir por las raíces, por los ancestros, por la identidad cultural y eso es lo que lleva a que los gobernantes se preocupan por estos temas y no que se deje marginado”. Además, se dan cuenta que también le aportan al desarrollo de una región.
Un nuevo proyecto
El viernes pasado, el arquitecto Marcelo Vázquez, a cargo de la Dirección de Planeamiento Urbano, expresaba que se presentó un proyecto que interviene el sector de ruinas teniendo en cuenta los aspectos de seguridad que “son los que preocupan bastante”. Las ruinas presentan un estado de deterioro bastante acelerado, “donde ha habido algunos derrumbes con los cuales hay que tener cuidado por la seguridad de las personas que pueden llegar a transitar allí. Eso fue advertido ya en varias oportunidades”.
Explicó que se trata de una construcción que, por las distintas partes que le faltan, “no está trabajando monolíticamente, como se dice en términos estructurales. Entonces, al faltarle el techo se van deteriorando los materiales y se pierde un poco la estabilidad, entonces se van derrumbando un poco las distintas partes”.
El proyecto prevé un anillo estructural “que va como ‘cosiendo’ las distintas partes, las va uniendo para que trabaje en forma más conjunta. Eso básicamente es la preservación de las ruinas uniéndolas con este elemento”. Vázquez indicó que el anillo había sido previsto de hormigón, “que va armando todas las partes, va como mimetizándose entre las ruinas, no se ve tanto”.
Vázquez no supo contestar cuanto tiempo pueden durar las ruinas en pie. “Es un poco hacer futurología, pero se puede comprobar a simple vista que tiene un deterioro en ascenso. Por eso hay que prever lo que pueda llegar a pasar”. El titular de Planeamiento expresó que el proyecto no contempla restricciones al ingreso a las ruinas. “Si se hacen las obras se podrían visitar tranquilamente las ruinas”.
Carlos García, vocal de Cafesg, reflotó la puesta en valor de las ruinas. Señaló: “en cualquier momento nos despertamos los concordienses y el Castillo San Carlos está en el suelo”. Por lo tanto, expresó que apunta a evitar el derrumbe: “sería arruinar nuestra memoria histórica, nuestra identidad, ir contra un desarrollo sostenible de la ciudad”.
El proyecto plantea dotarlo de un piso de madera para que la gente no pise las ruinas y un cerco perimetral que no permita la entrada a los lugares que están más deteriorados, apuntalarlo y preservar su caída.
También propone evitar la contaminación que produce la cercanía de ruidos o de autos cercanos transitando a su alrededor; hacer un rediseño de alguna entrada de autos para poner lo más lejos posible los automóviles del castillo y que la gente pueda llegar a pie. García apuntó que, para conservar las ruinas, habría que demoler los baños y algunas cosas que le han cambiado en el portal de entrada
“No he encontrado más que adhesiones de los ciudadanos concordienses que me han parado para preguntar cuando comienzan las obras. Eso no está en mis manos, yo soy minoría en la Cafesg. Este proyecto fue aprobado por mayoría y minoría, espero que en cualquier momento podamos disponer con el Colegio de Arquitectos la licitación”, sostuvo
García dijo que el proyecto, no obstante estar aprobado, puede ser cajoneado o pasar meses antes de llamarse a licitación. A veces, por falta de dinero. “Yo voy a seguir insistiendo y ahí está el papel de ustedes (medios), del ciudadano común que tiene que empezar a golpear algunas puertas para que este tipo de obras se realice. Hay mucha ciudadanía que mira las cosas de costado como si tuviera una ajenidad frente a los actos políticos. No quiero que esa gente que no hizo nada para que este proyecto salga el día de mañana tenga que lamentarse porque se cayó por una tormenta”.
Guardaparques ausentes
“Las hectáreas del Parque Rivadavia hoy están prácticamente a la mano de Dios”, dijo García. “Hay un vandalismo tremendo”, indicaba Marcó en referencia en los robos en el Castillo. Desde 1995, una ordenanza establece la implementación del servicio. En 2004, Alfredo Francolini decía que había mucha gente que quería hacer el curso de guardaparques pero no reunía el requisito principal: ser empleado municipal. Y entre la planta del municipio, precisaba que había algunos inscriptos pero no la cantidad que se necesitan. El cuerpo de guardaparques sigue siendo letra muerta.
Políticas de Estado
García señaló que la preservación de San Carlos debe ser una política de Estado que trascienda a los gobernantes de turno. Marcó señalaba en 2004 que, en los hechos, no es así. “Se le pidió a Cafesg, fue en la gestión anterior (Montiel) pero lamentablemente cada cambio de gobierno implica un cambio de políticas y generalmente las políticas culturales no están en primer término. No sé que habrá sucedido con ese proyecto”. Casualidad o no, el vocal de Cafesg que se interesó por el tema tres años más tarde es radical.