Todos los Argentinos pensamos que estos hechos habían pasado definitivamente a la historia, que la trabajosa democracia que con mucho esfuerzo construimos entre todos a partir de 1983 la había definitivamente sepultada.
Viendo las imágenes que reproducen los canales de todo el país, siento que la experiencia de todos los años nefastos que sufrimos, se han olvidado.
Hoy cuando la gente se manifestaban pacíficamente en todos los barrios de Buenos Aires, para expresar en paz su desacuerdo con las medidas que el gobierno había tomado contra los productores del campo, aparecen las fuerzas para policiales encabezados por el piquetero D’ Elia (como alguna vez fueron las nefastas triple A), para correrlos de la Plaza de Mayo, como trofeo de guerra para ofrecerlo a la Sra. Presidenta.
Han tenido la virtud de resucitar lo que creíamos definitivamente sepultado, entre otras, las tristes y nefastas antinomias, como: Peronismo anti Peronismo; alpargatas si libros no, oligarquía ganadera, etc.
Todo esto se lo debemos a nuestra Presidenta, que en su imprudente e irresponsable discurso de esta tarde, desde su atril de la casa de gobierno, agravió a la inmensa mayoría del pueblo argentino que acompaña espontáneamente a los trabajadores del campo, que se manifiestan pacíficamente en todo el largo y ancho del país, hartos de que les sigan robando lo que producen, para engrosarlos a las arcas del estado, y desde ahí disciplinar a gobernadores, intendentes, opositores y todo aquel que no comulgue con su autoritaria forma de gobernar.
Espero que la cordura prime y que el gobierno, como único responsables de esta situación, actúe de acuerdo a la circunstancia y a la gravedad de lo que a provocado.
Todo lo que de aquí en adelante acontezca es responsabilidad exclusiva del Gobierno Nacional.