El miércoles, se reanudará el juicio con las declaraciones, entre otros, de la ex esposa de Rossi, Isolina García y su amiga Ana Pemayón, ex esposa del anterior abogado del intendente, Carlos Neumann, fallecido el año pasado.
El pedido de nulidad de Federik
Rossi comenzó a declarar luego de que el fiscal José María Chémez y los integrantes del tribunal rechazaran un planteo de su abogado Julio Federik, quien solicitó la nulidad de la acusación, porque, a su entender, no se especificaba el monto del dinero por el cual se considera que se enriqueció en forma ilícita y eso vulneraba el derecho de defensa. Mientras todo eso sucedía, cientos de pobladores llegados de Santa Elena permanecían en las inmediaciones de Tribunales con pancartas de apoyo a Rossi.
La jugada de Federik no cayó muy bien en los magistrados, quienes entendieron que la acusación estaba plenamente justificada, por lo cual estimaron que el planteo del letrado no tenía base sólidas, máxime teniéndose en cuenta que la elevación a juicio fue en octubre del 2003. Pero además, tanto la querella ejercida por el titular de la Oficina Anticorrupción, Luis Pedemonte, como el propio Chémez insistieron en que esa cuestión había sido tratada con anterioridad, pero tampoco correspondía expedirse en este momento del proceso, sino que la sala ya había anticipado que lo haría en la sentencia. A su vez, se dejó claro que el crecimiento patrimonial de Rossi estaría claramente determinado en el detalle que muestran las cuentas en el ING Bank y el Surinvest de Uruguay, donde estaban registradas.
Si bien los camaristas reconocieron lo “ingenioso” del planteo de Federik, insistieron en que no era pertinente definir si la requisitoria de elevación a juicio del fiscal era completa, pero ratificaron que se habían garantizado todas las garantías del derecho de defensa de Rossi y que el fiscal Enrique Martínez “satisface con holgura el planteo”.
Luego Federik hizo reserva de plantear el caso ante Casación y eventualmente presentar un caso federal por la violación de los artículos 18 y 19 de la Constitución Nacional.
La palabra de Rossi
Al comienzo de su indagatoria, Rossi ratificó que por primera vez haría uso de la opción de declarar ante el tribunal para contar “mi verdad y la absoluta verdad”. Reconoció que hubiera preferido que el juicio se realizara en Santa Elena, pero que no siendo posible pidió “que comprendan a la gente que vino. Ellos no están para reclamar, sino para acompañar, para apoyar con la esperanza de que esto tenga un final feliz”, por eso pidió: “Ojalá que Dios ilumine a todos en este proceso”, mirando al presidente del tribunal, Jorge García.
Comenzó haciendo un racconto de sus inicios como trabajador del frigorífico cuando tenía 14 años, de la mano de su padre, que era jefe de personal de la planta. Recordó que en sus inicios le gustaban las motos, y que luego cambió por los autos por pedido de su madre. Contó que primero se compró un Ford Falcon y que luego lo cambió “por un Torino amarillo, totalmente novedoso para la época”. Luego habló de su acercamiento al Sindicato de la Carne y a la Juventud Peronista, su trabajo como camionero para el frigorífico e insistía en que por esas épocas “hice un importante capital”, sin dar mayores detalles.
Luego se refirió a su trabajo como titular de la Proveeduría del Sindicato de la Carne, que según dijo, lo catapultó a la arena política con “apenas 28 años”. Aseguró haber aceptado el ofrecimiento porque “era muy grande el acompañamiento de la gente”. Como ante el detalle de todas las campañas políticas de las que tuvo que participar, insistió en que “cuando empezamos a movilizarnos, yo era quien manejaba los recursos y los elementos de la campaña”, y también recordó que su ex esposa también trabajaba “en la Sección Bioquímica del frigorífico, por lo que eso era otro ingreso que teníamos”.
“En ese momento, estando solo porque el radicalismo había ganado en la mayoría de los departamentos, tuve que decidir mi futuro en la política o si pasar cuatro años y volver a la actividad privada, para lo cual tenía que prepararme. Pero me decidí por la política, porque yo había llegado a la función pública con lo que había hecho en la actividad privada. Y la política ha sido mi vida en estos años”, relató Rossi, tal vez buscando compasión.
Recordó que “en esos años la política partidaria estaba sostenida por los aportes de los gremios y de los particulares. No se puede hacer política sin recursos”, y aseguró que “para hacer una campaña provincial hay que tener tres o cuatro veces más de lo que se me pide a mí que justifique”. Pero luego reiteró que era él quien administraba los fondos ya que su tarea como vicegobernador era menos comprometida, mientras Jorge Busti era el encargado de gobernar la provincia: “Yo estaba a cargo de las cuestiones políticas y partidarias”, y agregó que “los recursos que quedaban seguían para otras campañas”.
Luego recordó que a fines de la década de 1970 accedió a una vivienda de 54 metros cuadrados del Banco Hipotecario que pagó en cuotas; y que en 1990 se compró su primer automóvil cero kilómetro a través de un plan. También se refirió a la venta del ex Frigorífico Santa Elena: “Se hablaba de que cuando se vendió la planta, alguien pudo haber cobrado una comisión. Pero eso fue en 1991”, dijo Rossi al tribunal. Recordó que en 1993 se hizo cargo del Partido Justicialista y que “durante la campaña de 1994 manejamos todos los recursos”.
Más adelante, hizo referencia a su regreso a la Intendencia de Santa Elena en 2003, a pesar de “la campaña de desprestigio en la que se basó la oposición. Pero, Señor presidente y Señores jueces: ¡El 60 por ciento de la gente me ha honrado con su voto!”. Enseguida tuvo un par de reprimendas del presidente de tribunal porque cuestionó la actuación del juez de Instrucción Carlos Trajtemberg y por embestir contra el periodismo: “La revista ‘Análisis’ me dedicó más de 50 tapas en las que me han demonizado, pero no pudieron hacerlo ante mi pueblo, donde me conocen. Tal vez quieren con ello influenciar el resultado de este juicio”, a lo que García le respondió serio: “Quédese tranquilo Rossi, yo ignoro todo eso y no leo diarios ni revistas”.
Por último, insistió en que “yo no llegué a la política con lo puesto. Por supuesto que si se toma lo que he hecho desde 1991 no puedo justificar mis ingresos. Pero si se toma mi actividad privada y mi trabajo como intendente y como vicegobernador, podré demostrar lo que gané”, y aseguró que “tengo una tranquilidad de conciencia absoluta de que no he hecho nada fuera de la ley. Ojalá Dios los ilumine y me permitan demostrar los ingresos que he tenido desde 1983, porque si eso pasa no necesito de los fondos reservados ni de las campañas políticas”. La audiencia finalizó a los pocos minutos sin que Rossi contestara preguntas: “Prefiero no hacerlo por ahora”, dijo y se fue adonde lo esperaban aquellos que habían llegado dos horas antes desde Santa Elena, marchando por las calles de Paraná.