En primer lugar, Rogel señaló que el libro busca, a través de un relato histórico, “conmover para que se conozcan cifras y datos para que no se vuelvan a repetir cosas que ocurrieron en los 90 aquí”. Y además consignó la existencia entre las páginas de siete proyectos alternativos que ya están presentados en la Cámara de Diputados de la Nación.
“Esa una propuesta para ser analizada, discutida. Son los 10 proyectos que habría que aprobar una noche para que la Argentina desande el camino de los 90 y no estemos en esta coyuntura donde seguimos haciendo una política de reacción. De la política de las convicciones pasamos a la política de la conveniencia que es un poco lo que se acaba de firmar con Chevron”, indicó.
El convenio con la empresa estadounidense es el “manotazo de ahogado” que impide seguir adelante con lo que “tibiamente” fue la estatización de YPF. “Debió profundizarse y es lo que nosotros planteamos al país”, sostuvo. “Es una propuesta progresista, por izquierda, que recoge los trabajos del MORENA de hace 20 años, los trabajos de la Fundación Illía”, añadió.
Además contiene un trabajo de Gustavo Callejas, secretario de Combustible de Alfonsín, otro de Alejandro Olmos (hijo de Alejandro Olmos Gaona, el dirigente que denunció en Tribunales la deuda externa argentina), y una reflexión del propio Rogel acerca de la necesidad de aprobar los siete proyectos enunciados que le volverían a dar al país la soberanía hidrocarburífera.
“No es un trabajo que apunta a dejar mal parado a un gobierno; a narrar lo que lamentablemente ha hecho el peronismo porque eso sale de si mismo. Ese libro persiste en dar un salto hacia adelante. Si no tomamos la dirigencia de los partidos populares este tema, más allá de los Kirchner que son una realidad hoy pero no lo serán mañana, la República Argentina va a vivir horas de zozobra porque no sólo es terrible los US$ 15.000 millones que vamos a tener que disponer en el presupuesto nacional para cubrir el déficit de energía importándola sino lo que podríamos hacer con una energía que no tenemos”, señaló el diputado.
En cuanto a la posibilidad de que se lleve a cabo la exploración mediante fracking en Entre Ríos, Rogel manifestó que es una técnica que contiene 400 componentes químicos peligrosos. “Eso está fuera de discusión”. Y restó veracidad a versiones respecto de que, como se taladra a 2.000 metros de profundidad en vez de 4.000, es “menos contaminante porque se va a necesitar menos agua”. “El problema es a que velocidad y la cantidad de agua que se necesita y no la profundidad”, sostuvo. Y reiteró que primero se debe agotar la capacidad de explotación de petróleo en forma convencional.