Además se legisla la prohibición de la pena de reclusión perpetua, el derecho a recurrir las decisiones judiciales en todas las instancias, la obligatoriedad de una asistencia total (física, psicológica, educativa, entre otras) al menor delincuente a los efectos de proceder a su reinserción.
Otro de las determinaciones del proyecto apunta a que el Defensor de las Niñas, Niños y Adolescentes deberá estar presente junto al menor acusado en todos los actos procesales de la causa en la que se adopten decisiones sobre su libertad y tutela.
Asimismo se consignan principios a los que deberá atenerse el tribunal para tomar una decisión sobre el menor imputado.
“Se trata de una modificación sustancial a las normas actuales que pretende terminar con una estructura anacrónica que solo favorece la comisión de nuevos delitos, implementando un sistema distinto que termine con la inequidad del actual régimen de menores”, dijo el legislador.
El proyecto de Régimen Penal de la Minoridad presentado, “termina con una vieja ley de la dictadura militar, la 22.278 y su modificatoria 22.803, y adecua todo el sistema penal a una nueva concepción jurídica que responde a los estándares internacionales, fijado por los tratados internacionales firmado por la Argentina como la Convención Interamericana de Derechos Humanos, la Convención de los Derechos del Niño, y reglas de procedimiento penal establecidas por las Naciones Unidas”.
“La situación de criminalidad traducida en violencia, muerte y robo, ha deteriorado la calidad de vida de los argentinos. Dentro de los distintos aspectos y de las acciones que se deben modificar para combatir el delito, esta la necesidad de modificar el Régimen Penal de la Minoridad vigente en la Argentina”, expresó Rogel.
“Establecer procesos penales adecuados, situaciones carcelarias y de reinserción de los menores son parte de una integridad con la que deben ser abordados todos los aspectos vinculados al delito, en este caso, de los menores”, añadió el legislador.
“No modificar la actual Ley 22.278 y combatir la inseguridad desatendiendo esta problemática, convertirá a las cárceles en verdaderas bombas de tiempo que se volverán sobre la sociedad de manera negativa más temprano que tarde”, se señala en otro párrafo.