“Venía pasando, pero esporádicamente. Ahora se ha transformado, en el último mes, en algo sistemático. Sobre todo los fines de semana. Entre viernes y sábados tenemos 10 o 12 medidores robados”, remarcó.
Los hechos delictivos se concentran en algunas zonas específicas donde se colocaron los medidores antiguos como en las inmediaciones de la Plaza España o del hospital Felipe Heras. “Eso son los que están robando”, explicó. Pero además se llevan las llaves de paso si están constituidas del mismo material. “Rompen toda la cañería para llevarse la llave de paso”, explicó.
En Obras Sanitarias hay cerca de 70 denuncias registradas por el robo de medidor. “El domingo a la noche fuimos a poner un tapón al último que se robaron en calle Brown para repararlo el lunes a primera hora”, indicó.
La extracción ilícita les lleva “décimas de segundo” dijo Mendieta. “Algunos los quiebran y otros los sacan directamente”, explicó. “Teníamos un video de calle A. del Valle, a dos casas de la Policía Federal, que se agachó lo levantó y se fue”, indicó.
El problema para los damnificados es el costo de la reparación. “Tienen que volver a comprar un medidor, pagar de nuevo la instalación”, explicó. Un medidor de agua cuesta cerca de $ 6.000 o $ 7.000 en un comercio del ramo más la mano de obra que depende del sanitarista pero se calcula otros $ 7.000 extra.
Obras Sanitarias ofrece medidores a $ 5.000 (en diez cuotas sin interés), incluyendo la colocación (que no se cobra dado que la realiza personal de Obras Sanitarias) pero solo para jubilados o personas de bajos recursos que puedan demostrar que no pueden pagar lo que cuesta en el mercado.
Los medidores sustraídos no tienen ningún valor. No se pueden colocar en otro domicilio porque el número de serie está registrado en la base de datos de Obras Sanitarias en la vivienda donde fue colocado. La repartición no permite que se coloque en otro domicilio. Por ende, se deduce que son extraídos para ser vendidos como metal.
Obras Sanitarias sostuvo que colocan medidores completamente de plástico con una base de hormigón y una abrazadera de hierro para que no los puedan sacar con tanta facilidad.
Cuando se produce el ilícito, el vecino se queda sin agua hasta que da aviso a Obras Sanitarias. Para colmo, suele suceder los fines de semana. Además, cuando se produce en un domicilio, enseguida comienzan a sucederse el mismo hecho en las viviendas linderas porque descubren que toda la cuadra tiene el mismo tipo de medidor o llave de paso.