Según el relato del padre de Augusto, “el primer año fue al curso de oficiales que se hace en Zárate y porque no le dio el promedio, hizo promedio 7,50, le dieron de baja porque había mucha gente que quería ingresar”.
En la segunda vez, como se pasó de edad, tuvo que ingresar al curso de suboficiales de Prefectura. El curso para ser oficial de Prefectura sólo admite jóvenes de hasta 23 años de edad, inclusive.
20 días atrás, Augusto viajó nuevamente a Zárate. Antes había realizado un severo trabajo físico durante ocho meses en un gimnasio y en una pileta de natación. “Depende mucho de la natación y la preparación física por el sólo hecho de que corresponde a una institución donde hay mucha exigencia en ese sentido”, indicó Bruno.
La preparación también abarcó terreno en lo intelectual. “Además, se preparó con un par de profesores en las materias básicas para poder ingresar en una institución de esa índole”, indicó su padre. Por demás, Augusto tiene el secundario completo, por lo que tenía sobrados antecedentes debido a que a los aspirantes a suboficiales, sólo se les exige el Ciclo Básico Completo, 3 ° año del EGB 3.
Pero tampoco tuvo suerte esta vez. “Me dijeron que había aprobado todo, menos la parte física. Hay un documento, que es un acta, que dice que fue dado de baja por sobrepeso”. El hijo de Fernando Bruno mide 1,95 y pesa 91 kilos. El acta fue firmada por el Dr. Rubén Bastanzo, cuyo sello señala “Clínica Médica”.
El argumento, teniendo en cuenta el estado físico de su hijo, hizo que Fernando desconfiara. “Me llamó la atención y pedí una entrevista con el jefe de Prefectura de acá de Concordia. El jefe de Prefectura me comentó que por el momento no me podía dar ningún tipo de explicación pero que si yo leía el acta que le dieron a mi hijo en Prefectura Zárate dice que de acuerdo al reglamento de aptitud física de Prefectura Naval”.
Para Bruno, no puede haber reproches respecto de la exigencia que los aspirantes encajen en el molde que diseño la fuerza de seguridad para su cuerpo activo. “Pero lo que no me parece es que no haya documentación previa donde el ingresante vaya sabiendo que si mide 1,40 m, no puede concurrir; si mide 1,60 tampoco y si mide en el caso de mi hijo, 1,95 con 91 kilos, que yo considero óptimo y cualquier ser humano considera óptimo, tampoco puede ingresar”
Las secuelas pueden ser más importantes que sólo tener que pagarse el pasaje de vuelta antes de lo previsto. “Se evita una serie de gastos, pero más allá de los gastos, esta gente le destruye la parte moral”, indicó Bruno.
Augusto, según su padre, está “destruido”. “A tal punto que estoy tratando de recurrir a alguien para que tenga apoyo psicológico porque no lo puedo sacar de todo este tema”.
Bruno quiere “que los próximos chicos que traten de ingresar a ese curso que es Prefectura, estén sabiendo lo que le pueden llegar a ocurrir y no ocasionándoles gastos a los padres, cosa que en estos momentos que se están viviendo en el país, no se pueden hacer, simplemente”
“Que tengan en cuenta que cuando un pibe se prepara, como se preparó mi hijo, que tengan en cuenta que si les llegase a ocurrir algo como esto psicológicamente los puede llegar a destruir. Vuelven a ocasionarles otra gasto a los padres para poder sacarlos del paso, como me está ocurriendo a mí”, añadió.
¿Usted piensa que Prefectura trata de descartar aspirantes cuando son muy numerosos? “Yo calculo que sí, porque tratan de ingresar muchos pibes que no tienen cabida en este país de acuerdo al título que han obtenido, buscan ese tipo de institución para poder pelearle a la vida un futuro y de esa manera, Prefectura se da el lujo de hacer lo que está haciendo”, respondió el padre de Augusto.
Por último, se limitó a señalar que deberían “darle explicación a la gente como realmente tiene que ser porque considero que tienen que clasificar por aptitud. Decirles ‘miren señores, ustedes están muy preparados físicamente pero este chico que está al lado suyo tiene mejor promedio y mejor aptitud’.Entonces los chicos se van tranquilos, no de esta forma”.
Descarte
El oficial de Prefectura a cargo de la inscripción de la delegación local explicó a Redes una serie de requisitos que exige la fuerza para sus aspirantes a suboficiales. Los cadetes deben medir entre 1,65 m y 1,92, deben tener el ciclo básico completo y no pueden tener antecedentes penales.
Entre las causas más comunes de rechazo figuran el pie plano, la falta de armonía física, tatuajes que sobresalgan por fuera del uniforme, problemas de visión y el mencionado sobrepeso. Aparentemente, son estrictos en ese sentido. “El otro día andaba enojado un oficial porque no lo dejaron entrar al hijo que mide 1,62 m”, dijo el oficial.
Pero, fuera de micrófono, confesó que a veces las fuerzas se ven obligados a descartar gente. “En la última prueba, debieron elegir a 400 cadetes entre 1000 aspirantes”, señaló. El caso de Augusto no debió ser el único de “sobrepeso” detectado entre la fila de aspirantes.