¿Retener soja o venderla?

Los productores que decidan retener el grano de soja hasta las profundidades del segundo semestre podrían encontrarse con una sorpresa, ya que el precio será más alto y atractivo.
Para esa época se calcula que la industria aceitera utilizará sólo un 60 por ciento de la capacidad de molienda porque no dispondrá de materia prima.
Este año, la retención es más pensada ya que a diferencia de 2008 el ciclo agrícola encuentra a los productores con menos resto económico y más necesidades de financiamiento para ir hacia la campaña de granos gruesos.
Sin embargo, Gustavo López, de la consultora Agritrend, en diálogo con Noticias Argentinas, consideró “razonable” que los productores retengan el grano hasta el segundo semestre “ya que indudablemente el precio de la soja será atractivo”.
Algunos cálculos insisten en que se habrían vendido unos 14 millones de toneladas de la soja nueva y de la guardada de la campaña anterior ya que 1.050 pesos la tonelada fue una oferta tentadora.
También se sabe que el sector industrial tiene margen para pagar más por la soja retenida ya que vende el aceite que produce a 810 dólares la tonelada, el pellet a 415 dólares y el precio que paga por el grano es de unos 275 dólares mientras que debería ser de por lo menos de 305 dólares.
La molienda total de oleaginosos del primer cuatrimestre de 2009 con un volumen de 10.679.708 de toneladas fue inferior en el 0,49 por ciento a igual período de 2008 y se usó entre el 89 y 90 por ciento de la capacidad instalada.
Hasta agosto el crushing utilizará un total de 21 millones de toneladas porque existe una demanda aceitera fuerte por parte de China, por lo tanto quedarán sólo unos 10 millones de toneladas para transformar, el resto de año con un 40 por ciento del polo sojero ocioso.
El Panorama Agrícola de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires dio por terminada la cosecha de la soja que se sembró durante la primavera de 2008, con un saldo de 32.05 millones de toneladas, 15 millones menos que el ciclo anterior 2007/08. Inmediatamente las primeras estimaciones sobre las superficies de los cultivos argentinos comenzaron a rodar.

EL TRIGO. Se habla de un área de trigo a cubrir en los días inminentes de 2,8 millones de hectáreas, un 38 por ciento menos que el año pasado, el maíz descenderá un 17 por ciento a 2 millones de hectáreas, el girasol quedará en 2.2 millones y la soja crecerá de 17,7 a 19 millones de hectáreas, según Gustavo López.
A mediados de la década del 50 se producía el 88 por ciento de cereales (trigo) y sólo el 12 por ciento de oleaginosas. En la actualidad, el país produce un 25 por ciento de cereales y 75 por ciento de oleaginosas.
Sin bien faltará trigo, el precio se va a mantener, se analiza en un contexto que el titular de Agritrend calificó domo “un marco de cierta estatización del mercado con capital privado”.
Mientras se aguarda la llegada de un episodio climático como El Niño, podría representar lluvias para las zonas productivas locales y sequía en algunas áreas de Estados Unidos; si los stocks mundiales tiemblan, Argentina apenas puede responder.
La exportación argentina de trigo fue reemplazada por Brasil. Unos cinco millones de toneladas de soja que Argentina no vendió fueron comercializadas por Estados Unidos para responder a la firme demanda del mercado chino.

El valor agregado de la cadena de trigo puede caer 41 %

La asociación Argentrigo advirtió que aún cuando se planifique una reducción importante en los costos de producción y se mantengan precios estimados para el ciclo 2009/10, el valor agregado de la cadena de trigo caerá 41 por ciento respecto de la campaña 2006/2007, que fue un buen ciclo.
La superficie inicial proyectada este año a implantarse es de 3,27 millones de hectáreas, pues todavía no ha finalizado la siembra, y la tendencia es aún más declinante, sostienen los especialistas de Argentrigo frente a una campaña que se presenta climáticamente adversa.
“Suponiendo un rinde promedio de los últimos cinco años, el cual fue de 2.643 kilos por hectárea, lleva a estimar una producción de 8,64 millones de toneladas”, coinciden.
Esta producción, superior al consumo interno, genera una disminución del Valor Agregado de la cadena respecto a la campaña 2006/2007, que fue una buena campaña, cercano al 41 por ciento, lo que, según la entidad, genera una pérdida superior a los 1.100 millones de dólares.
“Los mayores perdedores son los productores, con una disminución del valor agregado superior al 114 por ciento, lo que genera un quebranto mayor a los 40 millones de dólares y los deja sin capital operativo para afrontar la nueva siembra”, se analizó.
Otros sectores con grandes disminuciones en el valor agregado son los de producción de agroquímicos y la exportación, con disminuciones superiores al 64 por ciento, estimaron.
“Es necesario que los productores reciban señales de estímulo de parte del mercado y del gobierno para lograr incrementar la producción y el valor agregado de la cadena”, explicó a Noticias Argentinas, el presidente de Argentrigo, David Hughes.
Es importante “la reducción de los derechos de exportación (23 por ciento en la actualidad) para el trigo” y que es de “especial necesidad para retornar a resultados positivos en la ecuación económica, luego de una campaña (2008-2009) fuertemente negativa”, enfatiza.
Otra fuerte recomendación es la de extender los plazos de las licencias de exportación, “permitiendo la apertura de los registros durante todo el año”.
Argentrigo se basó en el el estudio realizado por el Instituto de Estudios Económicos de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires delciclo 2006-2007 año, “a partir del cual la creciente y negativa intervención estatal afectó el normal proceso de comercialización y formación de precios”.
En este estudio, se calculó el aporte de valor agregado de la cadena de trigo a la economía nacional que fue del 2.2 por ciento del Producto Bruto Interno (PBI) de ese año, 2.903 millones de dólares hasta la industrialización”.

Fuente: El Diario

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