Invocando a Keynes se repitieron sandeces dichas en otras barricadas años atrás, salvo los arándanos -que sí es nuevo-; y premiaron con un ascenso al policía de turno, como lo hicieron antes, demostrando coherencia en no escuchar a quienes pretendemos que no aparezcan más jóvenes muertos , que no se repitan los tormentos y que se respeten los derechos humanos.
Por su parte, Cresto, frente al reclamo de transparencia de la sociedad ante las sospechas instaladas a causa del robo de los bonos de la comida de los más pobres, optó por anunciar que separó al empleado de planta Carlos Mayer solo por haber tenido las llaves de un armario y si puede lo echará, al tiempo que respaldó al funcionario responsable del área con capricho e insensatez, para que todos los empleados y ciudadanos tengan claro que aquí él manda.
Mientras tanto, y como es habitual los radicales mirándose al obligo se pelean por el mendrugo.
Aunque les moleste, seguiremos opinando y haciendo, defendiendo a la gente de las consecuencias lesivas del atropello del poder arbitrario una y otra vez, sin bajar los brazos ni amedrentarnos, ya que de eso se trata: animarnos, portar ideas y ser esencialmente libres.