«Mi tarea en particular tiene que ver con hacer relevamientos de flora y fauna y velar por la conservación del lugar», comentó Aparicio. «Se están haciendo trazas de senderos, se está viendo si entra ganado de campos vecinos, poner alambrados, mostrarle a la gente que visita el lugar, motivar a los vecinos a que conserven el lugar, traer otros investigadores. Un trabajo de campo», resumió
El joven biólogo pertenece a la Fundación Habitat & Desarrollo que, en conjunto con MASISA, viene desarrollando este proyecto que incluye un total de nueve reservas. «Este lugar trabaja con la fundación desde el año 2004, acá a Concordia vengo unas cuatro o cinco veces al año durante una semana más o menos y después se visitan otras reservas de las nueve que tiene la empresa, hay dos que están más implementadas que son ésta de Concordia y otra que se llama Tres Cerros, en cercanías de Paso de los Libres y después hay otras que también son reservas pero todavía no tienen senderos ni cartelería.», describió.
La riqueza del lugar
Aparicio comentó que «la selva en galería, que se llama selva riparia de los afluentes del río Uruguay, está en excelente estado de conservación. A nivel vegetal están todas las especies». En este sentido detalló que «a grandes rasgos se encuentran árboles como el Canelón, el Mataojos, el Coronillo el Chalchal, a los costados Ceibales, Sauces Criollos y después pastizales inundables».
Por otra parte, explicó que «a nivel de fauna encontramos algunas ‘figuritas difíciles’ como el Lobito de Río, que es una especie protegida a nivel nacional en la provincia de Corrientes y en Formosa», detalló. «Después, Aguará Popé, que es una especie de mapache sudamericano, Zorro de Monte y Zorro¸ Tatú Negro, que es una especie de mulita grande, Gato Montés», enumeró
En cuanto a los peces, el biólogo señaló que «todavía no hemos hecho un relevamiento sistemático, nos hemos encontrado con algunas especies que vimos que capturaron en otras partes del arroyo donde no es reserva». No ocurre lo mismo con los anfibios a los cuales ya se hicieron dos monitores «y vamos encontrando 18 especies», subrayó.
En este sentido, recalcó la importancia de los anfibios ya que «son una especie que indica la contaminación del agua. Tenemos que saber que especies hay y tenemos esta base de 18, calculo que llegaremos a 20 especies y, los años siguientes, vamos a ver si están esas 20 especies. Identificamos los lugares donde las encontramos y después, cada año, nos fijamos si disminuyen. Sería un indicador de que algo cambió en el agua, en el ecosistema y habría que fijarse si se debe a la llegada de algún herbicida al agua», detalló.
El futuro del ecosistema del Ayuí Grande
Consultado acerca de cómo sigue este proyecto, Aparicio aseveró que «la proyección es que se conserve para siempre, claro que es una reserva privada, entonces depende de la voluntad de la empresa, a priori la voluntad está, y lo que estamos haciendo ahora es tratar de sumar otras formas que den seguridad a la reserva, que sería incorporarlas al sistema provincial de áreas protegidas, que desde hace un mes contempla el área protegida privada. Estamos viendo con la empresa de incluirlas en la categoría de máxima protección de reservas privadas».
En este sentido recalcó que «hay partes del arroyo que son de otros productores y lo que estamos tratando es de conocerlos y, ya que ahora el arroyo está tan bien conservado, tratar de que siga así. No vale de nada que nosotros cuidemos un pedazo y el bicho pase de largo y lo maten del otro lado o el ganado haga estragos. La idea es hacer un corredor similar al del arroyo del Palmar, donde los productores se pusieron de acuerdo para conservar el tramo que les tocaba del arroyo», concluyó el biólogo.
