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Repitencia y deserción: dos problemas que aquejan a la educación pública

El vocal del CGE (Consejo General de Educación), Héctor de la Fuente, dijo que el “problema educativo” es muy “complejo” tanto a nivel nacional como provincial. “La educación hoy no está bien, eso hay que reconocerlo, Hay dificultades que incluso van más allá de la infraestructura”. “Creo que nadie puede negar lo que se está haciendo y lo que se viene haciendo en materia de infraestructura escolar”, añadió. En cambio, admitió que no está en la misma situación la propuesta educativa formal.

“Nos debemos un debate serio sobre las temáticas como los grados de repitencia. Los índices de repitencia en los primeros años no son buenos. En la provincia está cercana al 15 %”. De la Fuente hizo referencia a 1º, 2º y 3º año de la secundaria. “Después comienza a bajar”, indicó.

“Hay que ver que pasa también con el interés del chico con lo que la escuela le propone desde lo que es la educación formal. Uno comienza a ver que estamos con dificultades hacia el interior del sistema, de las instituciones”, manifestó.

“Los docentes tenemos que darnos cuenta que muchas veces que el problema de la repitencia e incluso de la exclusión tiene que ver con nuestras propias prácticas docentes y las propuestas educativas de la escuela”, manifestó. Para corregir esa situación, De La Fuente sostuvo que es más importante la tarea del mismo docente mirando su propia práctica a la evaluación que pueda realizar los directivos de la escuela. Además se trata de una tarea difícil de llevar adelante en la secundaria. “Se dificulta mucho”, indicó.

Asimismo, el vocal señaló que la escuela sigue siendo “positivista”. En ese sentido, puntualizó que los docentes ven el aula como un ambiente homogéneo cuando en realidad hay una heterogeneidad entre los alumnos debido a que tienen intereses y capacidades diferentes. “No nos damos cuenta de que hay que hacer otras cosas”, señaló. Y aseguró que el maestro no puede centrar en lo que sucede en la familia los problemas de aprendizaje de sus hijos, sin negar la posibilidad de conflictos que puedan influir en el aula.

Por otra parte, De la Fuente dijo que tienen que ver que hacen con aquellos chicos que no están dentro del sistema. “Este es otro tema”, señaló de la Fuente, Para eso necesita desarrollar programas para atraer la atención de aquellos que no quieren estar dentro del sistema educativo. “Lo que queremos es identificar claramente donde está ese chico y porque no está en la escuela para poder hacer que vuelva”

Respecto del tránsito de alumnos de escuelas públicas a privadas, De La Fuente admitió que sucede y se preguntó por las razones que llevan a los padres a tomar esa decisión. Respondiendo su propia pregunta, dijo que una de las causas es la regularidad del dictado de clases. De todas maneras, sostuvo que no hay datos en el CGE. “Lo conocemos en función de la gran demanda de las escuelas privadas”

De La Fuente aseguró que hubo una gran inversión en infraestructura escolar y en diferentes planes educativos. “Estamos ante un gobierno que en la historia no se han hecho tantas escuelas como ahora. Sin embargo, no estamos viendo los resultados que uno esperaría”.

Formación permanente

“La formación permanente es un reclamo histórico de nuestro sindicato”, dijo Alejandro Bernasconi, secretario adjunto de Agmer Central. No obstante, admitió que se ha avanzado poco. Se las realiza al comienzo del ciclo lectivo cuando los alumnos no están en las escuelas. “Hemos sido críticos de varias de esas experiencias; entendemos que tiene que haber una política mucho más firme y sostenida de formación en servicio”, añadió.

“La gente se recibe y después como que a partir de ese momento se desentienden de la continuidad del proceso de formación”. Bernasconi admitió que los docentes, una vez recibidos y luego de que comienzan a trabajar, tienen que retornar periódicamente a sus instituciones de origen para actualizar su formación. “De esta manera tendría que estar funcionando el sistema”, señaló. Y explicó que con una vez cada 12 meses no alcanza. “Tiene que ser sistemático con mayor cantidad de encuentros al año”, dijo.

“Lo que le ocurre al docente es que termina esa formación inicial y luego tiene que salir a continuar su formación en el mercado”, recalcó. En consecuencia, queda en manos del mercado la actualización pedagógica del docente cuando el gremialista señala que el Estado debería tutelar ese proceso. “Hay docentes que cuentan con los recursos y hay docentes que no. A muchos trabajadores esto se les hace muy difícil”, indicó.

¿La estabilidad laboral es un factor negativo en la medida en que el docente no se ve impelido a renovar su práctica pedagógica? Bernasconi aclaró que “la estabilidad absoluta no existe”. En su lugar, hay una estabilidad “relativa e importante”. Un maestro o profesor tiene un sistema de evaluación, en caso de algún inconveniente corre riesgos de perder esa situación de estabilidad sino cumple con las actualizaciones o revisiones de sus prácticas de grado.

No obstante, Bernasconi defendió la estabilidad en contraste con lo que sucedía en los 90, cuando pudieron resistir experiencias que sugerían la adopción de sistemas de competencia entre docentes por puntajes y acreditación de formación. “Esa lógica de competencia al interior de la escuela –supuestamente al haber competencia hay progreso, esa es la concepción- son prácticas que han fracasado y han deteriorado aún más lo que ocurre al interior de las escuelas públicas”, indicó. Por lo tanto, concluyó en que la estabilidad no “conspira” sino que “ayuda a consolidar vínculos entre el docente y la comunidad educativa donde trabaja”.

Respecto de las evaluaciones directas a los docentes o indirectas mediante el análisis de los resultados de los alumnos, el gremialista dijo que se trata en realidad de controles de productividad docente. Si bien admitió que en algunos países se aplica –incluso atado a lo salarial-, en Argentina se rechaza fuertemente porque deriva de lógicas de mercado. “Se trabaja en contextos sumamente diversos y desiguales. Aplicar pruebas estandarizadas a los alumnos es una distorsión absoluta de lo que ocurre en la realidad”, señaló. En su lugar, se manifestó a favor de pruebas colectivas internas que se apliquen en la escuela.

En cuanto a la emigración de alumnos de escuelas públicas a privadas, Bernasconi dijo que no cuentan con datos suficientes. No obstante, admitió que en los últimos años, puntualmente en 2001, “hubo un importante pase de alumnos de escuelas públicas a públicas de gestión privada” aunque luego hubo una alta tasa de retorno en el sentido inverso. Además, sostuvo que en Paraná ha crecido la oferta de educación pública de gestión privada y privadas. “La verdad es que llama la atención el crecimiento”.

Por último, en cuanto a la inversión educativa, Bernasconi señaló que valoraban el proceso que se inició en 2003 dado que llevaron a seis puntos del PBI la inversión en educación. Fue un salto cualitativo muy grande porque fue una pelea histórica nuestra”. Sin embargo, señaló que se comenzó a notar en los últimos años que esa cifra comienza a ser insuficiente teniendo en cuenta la extensión de la educación obligatoria. “Estamos planteando que se tiene que aumentar a un 8 % lo que se invierte a nivel nacional para sostener el proceso de crecimiento de la educación”, recalcó. El 6 % “comienza a generar un cuello de botella”. Y manifestó que la educación universitaria debe estar fuera de ese 8 %, con un presupuesto propio.

Falta de presupuesto

“Creo que a la escuela privada van sólo los que las pueden pagar como primer requisito y cuando es una entidad católica van a aquellos que quieren una formación religiosa para sus hijos”, indicó Cristina Cerato, secretaria general de Agmer Concordia.

“Creo que la escuela pública ha vuelto a ser valorada positivamente. Queda mucho por hacer y muchas de estas cuestiones que pasan tienen que ver con lo que siempre decimos: la falta de presupuesto”, manifestó Cerato. En tal sentido, sostuvo que en estos momentos están faltando espacio como escuelas y aulas para alumnos de 1º año de la escuela secundaria. Y los repetidores se encuentran con un problema, no tienen banco o les cuesta mucho conseguir. “Tienen derecho a tener un lugar, la repitencia no es un castigo”, argumentó.

No sólo, desde el punto de vista de la secretaria general de Agmer Concordia, faltan nuevos edificios y más aulas sino también inversión en el mantenimiento de los edificios escolares. “En los edificios compartidos generalmente hay dificultades porque son edificios que están hechos para una escuela y en este momento hay dos y a veces tres porque hay primaria, secundaria y nocturna y obviamente eso trae dificultades”, mencionó.

“La capacitación es valorada”, dijo Cerato. Además aclaró que la capacitación no implica la carencia de saber del docente. “Todos, absolutamente todos, tenemos un saber. Por ahí lo que se necesita es continuar esa formación a lo largo de toda la carrera”, agregó. “Creo que somos cada vez más conscientes de la importancia de la capacitación permanente porque vivimos en un mundo que es diferente al de hace algunas décadas atrás”, dijo Cerato.

En ese sentido, dijo que el gremio tiene proyectos que fueron enviados al Consejo General de Educación a la espera del reconocimiento. “Estamos esperando la aprobación para luego ponerlos en marcha”, sostuvo la secretaria general. “Hemos convocado a docentes que se han interesado por la propuesta”, añadió.

Más adelante, indicó que los materiales que se divulgan no deben asimilarlo en forma “acrítica”. “Debe reconocérselo, tomarlo y trabajarlo en el aula con un criterio crítico y reflexivo”.

En referencia a los tests de evaluación que provienen del ministerio de Educación Cerato dijo que se trata de un tema complicado. “Creo que lo que hay que evaluar fundamentalmente son los nuevos diseños curriculares. Hay que darles un tiempo porque la implementación no es fácil. No basta con tener el documento del diseño curricular para que los apliquemos. Son mucho más complejos. Tenemos que hacer un análisis de esos diseños, un nuevo proyecto de trabajo en el aula”. Y resaltó que las evaluaciones deben servir para “crecer y modificar aquello que no está funcionando” y no para “sancionar”.

Por último, Cerato sostuvo que la relación docente-alumno sigue siendo “asimétrica” pero admitió que en la actualidad se debe acortar distancias entre los docentes y lo estudiantes. “Hemos pasado de una postura casa autoritaria al laissez faire -expresión francesa que significa «dejad hacer, dejad pasar»-. Y se trata de una cuestión que se ha dado a lo largo de la historia de la educación. “Ni yo decido todo ni todo vale”, manifestó. Y entabló una comparación de lo que sucede en el aula con la relación con el trato entre los presidentes latinoamericanos. “Se tratan por los nombres; es un trato desacartonado pero eso no significa que no se respeten”.

Incluso, señaló que es buena una mayor horizontalidad porque se trata de jóvenes que votan a los 16 años y eso colabora a su formación ciudadana. De todas formas, recalcó que el docente –“el adulto referente”- tiene que ponerle un marco a su trabajo y tiene que poner pautas y normas que pueden ser acordadas. “De hecho en la escuela secundaria hay un código de convivencia entre docentes, estudiantes y padres incluso”.

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