Parece a primera vista una noticia insólita. Pero detenidamente, salta como la historia de los emprendimientos nacidos al calor de la Convertibilidad de los 90, abatidos por la crisis de 2001 y sin poder de recuperación, caídos definitivamente. También como la mayoría, con los empresarios que no dan la cara y los empleados esperando por sus sueldos. Está pasando en Victoria, con el Cementerio Privado Colinas del Recuerdo, que de la mano de una Sociedad Anónima llegó a la ciudad para ofrecer una alternativa no tradicional para el pueblo: la tenencia de parcelas donde depositar los restos de los seres queridos. Sin embargo, lo que parecía ser una inversión atractiva, en poco tiempo dejó de ser económicamente sustentable y los empresarios abandonaron la empresa y la ciudad.
Hace más de dos años que un grupo de empleados afectados al emprendimiento solicitaron a la Justicia continuar con la actividad y pagar de ese modo las deudas laborares. Sin embargo, la posibilidad de una cooperativa de trabajo se frustró por las aspiraciones de otros trabajadores deseosos por cobrar sus deudas, por lo que solicitaron el embargo y el posterior remate judicial.
Lo que asombra es el texto del edicto que publica la Justicia, donde se detalla expresamente que “los inmuebles a subastar se encuentran afectados al funcionamiento de un cementerio privado y que en los mismos existen numerosos cadáveres sepultados”.
El martillero Francisco Bruno, designado por la Justicia como encargado del remate, comentó que “es la primera vez” en su vida profesional que está encargado de rematar un cementerio.
Ante la consulta de qué pasará con los cadáveres cuando se vendan los terrenos, Bruno aseguró que “me preocupé personalmente que se conociera con anticipación al remate, para que haya interesados”, y confió en que “gente del ramo está interesada en adquirir el predio para continuar con el cementerio”, entre las que nombró a una empresa de sepelios. “Esto lleva tranquilidad a los deudos, porque seguirán allí sus seres queridos”, evaluó el martillero.
“Nadie sacó de Colinas los restos de sus familiares”, aclaró Bruno, argumentando que “sabían que hay gente interesada en continuar con el cementerio”.
Por otra parte, Bruno precisó que “el edicto judicial no condiciona” acerca del destino que se debe dar al predio, que para su remate se dividió en cuatro terrenos. Lo que sí hizo la Justicia es tasar el inmueble con base de la valuación fiscal, lo que equivale a decir que cuestan muy poco dinero. Fue allí que el martillero se entusiasma anticipando que “es un muy buen negocio” para quien pretenda hacerse de la subasta, teniendo en cuenta que salen a la venta casi 48 mil metros cuadrados por un monto que ronda 1,50 pesos el metro cuadrado.
“El cementerio continúa funcionando, y se vende con todo, hasta con la capilla”, mencionó Bruno.
Cabe señalar que actualmente hay un encargado de la administración, que subcontrata personal para limpieza, y los deudos siguen abonando la mensualidad por la parcela. Bruno se mostró convencido de que “va a cambiar la titularidad de Colinas del Recuerdo, pero va a seguir siendo cementerio”.
El predio a rematar está ubicado en zona de Quintas, muy cercano al predio de la Sociedad Rural de Victoria, y fue dividido en cuatro lotes, por un valor de un poco más de 70 mil pesos en total.
Fuente: El Diario
