Lo que llamó la atención en esa oportunidad, es que existe una autorización municipal para que la sala funcione en el lugar y en las condiciones que está, lo que no fue óbice para que la clausura se concrete sin mediar una notificación o advertencia al respecto.
En las últimas horas, personal del IAFAS volvió a viajar a esta ciudad y se reunieron con miembros del Ejecutivo, para que, finalmente, la autorización para funcionar sea un hecho concreto.
Como contrapartida, en la sala en cuestión no será necesario realizar grandes cambios, ya que se le exige tirar abajo una pared que oficia de biombo divisor y, además, correr de lugar algunas máquinas. Poco, pero por lo visto muy importante para las autoridades.