Capital Federal
“En 2018, la Legislatura porteña alcanzó un objetivo que el macrismo venía persiguiendo sin éxito hace años. Con votos propios y de parte de la oposición, sancionó una ley que también reclamaba la Justicia. Ya no podrá haber cuidacoches en las calles porteñas: los que sean detectados recibirán sanciones, que serán más graves si el trapito está vinculado a una organización, como una barra brava. En rigor, se trató de una reforma integral del Código de Contravenciones, que no se revisaba a fondo desde 2004”.
“Lo que se cambió es el artículo N° 79. Hasta ahora, sólo se podía castigar a los cuidacoches si se probaba que habían exigido el dinero, no si pedían una propina sin agredir. Pero para probar esa extorsión había que conseguir declaraciones de testigos u otras pruebas, y así ninguna causa avanzaba. Por eso, jueces y fiscales porteños reclamaban un cambio en la norma”.
“En este sentido, a partir de ahora el sólo hecho de ofrecerse para cuidar el coche será punible. Sólo podrán hacerlo aquellos que cuenten con la “tarjeta azul” que otorga la Ciudad a discapacitados, jubilados y otros, a quienes sí autoriza, según publicó Clarín en una nota el 13 de diciembre de 2018.
Cabe preguntarse si se erradicaron los trapitos a partir de la reforma del Código de Contravenciones. Una nota publicada por La Nación en febrero de 2022 “Hasta $1000. Los barrios con más denuncias, lo que exigen los trapitos y por qué la policía no los saca” da cuenta de que no fue así. “A pesar de que la actividad de los cuidacoches en la ciudad de Buenos Aires constituye una infracción a la ley contravencional, sigue habiendo movimiento de “trapitos” en los lugares donde se concentran los restaurantes, bares y boliches. Quienes visitan estas zonas generalmente se ven obligados a abonar una tarifa arbitraria —que puede ir de 1000 a 500 pesos—, por estacionar en la vía pública”.
“En este contexto, fuentes de la Secretaría General de Política Criminal y Asistencia a la Víctima del Ministerio Público Fiscal de la Ciudad de Buenos Aires, indicaron a LA NACION la distribución de las denuncias por cuidacoches sin autorización legal durante las primeras semanas de este año. De la información, se destaca que la mayoría de las denuncias se concentra en un mismo lugar: el barrio de Palermo”.
“Hasta el 8 de febrero, ingresaron 215 denuncias por cuidar coches sin autorización legal. De ese total, 160 ocurrieron en la comuna 14 (donde se ubica al barrio de Palermo). Esto implica casi un 75% del total, detallaron. Dentro de la comuna 14, los principales puntos donde se producen las contravenciones son la zona del Hipódromo, Costanera y alrededores del Aeroparque Jorge Newbery, la zona de boliches, bares y restaurantes, ubicados en las calles Niceto Vega entre el 5400 y el 5600, Armenia entre el 1600 y el 1700, Honduras entre el 5400 y el 5500, El Salvador entre el 4500 y el 4800 y la Av. Sarmiento al 3000, frente al Ecoparque”.
Reglamentar o prohibir
En la última sesión, la concejala Laner propuso un proyecto de ordenanza con la finalidad de prohibir el servicio de cuidado de vehículos (trapitos), limpieza de vidrios, y malabarismo en la vía pública, con fines lucrativos, sin autorización Municipal. «No se puede permitir la apropiación ilegal y tarifada del espacio público. Es necesario dejar expresamente claro que nadie puede tarifar, ni exigir retribución por el estacionamiento o cuidado de un vehículo en la vía pública, sin autorización administrativa», sostuvo.
Si bien el objetivo del proyecto (‘proteger el espacio público y el ciudadano que muchas veces es amedrentado e intimidado, por quienes ejercen una actividad lucrativa, por fuera de los permisos legales’) es compartido sin ninguna duda, cabe cuestionar la forma en que se propone llevárselo a cabo. Si la municipalidad, en su momento, no pudo o no quiso elaborar un registro para darle una especie de marco legal a la actividad informal a pesar de que era un proyecto de un edil del oficialismo como Zadoyko. ¿Tendrá intenciones de llevar adelante la ejecución de un proyecto de ordenanza que viene de la oposición?
En 2016, cuando aparecieron los ‘trapitos’ en Concordia, Zadoyko se hizo eco del tema y presentó un proyecto de ordenanza que proponía elaborar un registro e la actividad. En los considerandos señalaba que “en los últimos tiempos han surgido trabajos informales como el de ‘cuidacoches’ o ‘trapito’. En su actividad en desarrollo en horarios, principalmente nocturnos, que no son cubiertos por quienes están a cargo del cobro del estacionamiento medido, que están identificados correctamente”.
“La autoridad de aplicación deberá realizar, por única vez, un relevamiento para determinar quiénes serán los ciudadanos que podrán solicitar el servicio, con el fin de no generar la propagación de la actividad”, se manifiesta. Y los permisos serán de carácter precario, personal e intransferible, durante un año, pudiendo ser renovados por igual termino. “El permiso se otorgará a personas mayores de 18 años con ingresos insuficientes para la atención de sus propias necesidades y las de su grupo familiar. El trámite será gratuito, y se deberá priorizar a los adultos mayores, que padezcan una discapacidad física o tengan a su cargo una persona discapacitada, los que integren familias numerosas, etc.
El problema recrudeció a fines de 2018, la aparición de autos en la zona de la costanera con daños en los vidrios, cuyos propietarios responsabilizan a ‘cuidacoches’ “Si bien en general prestan un servicio adecuado, en otros casos, se han producido hechos de violencia contra aquellos vehículos cuyos propietarios no han querido abonar la suma solicitada, la cual deber ser voluntaria y no exigida, ya que, en ese horario, el estacionamiento es gratuito”, se menciona más adelante.
“Es necesario dar tranquilidad a los automovilistas que circulan y estacionan sus autos frente a los restaurantes, cine, confitería nocturna, teatro, espectáculos masivos, y a la vez, un marco de control a esa actividad”. Por los argumentos expuestos, la iniciativa crea el ‘Registro de Cuidadores de Vehículos’ que debe funcionar en el ámbito de la secretaría de Gobierno de la municipalidad de Concordia.
En agosto de 2016, la ex concejala Irma Bergalio reconocía a DIARIOJUNIO que no era un tema fácil y que tampoco la solución pasaba por la reglamentación del municipio de una actividad muy cuestionada. “Es muy difícil porque tiene muchas aristas a tener en cuenta, por un lado, no deberían existir, porque para eso está el estacionamiento medido, la municipalidad trabaja en ese marco con respecto al ordenamiento del tránsito, pero la necesidad de la gente de tener alguna entrada, nos lleva a buscar estas formas, y una de las formas es esa justamente, ponerse los chalequitos y salir a la noche, cosa que me parece que no es fácil. He hablado con varios de ellos y son excelentes personas, y hacen bien a conciencia su trabajo, pero no hay organización y la organización me parece que no tiene que estar de parte de la municipalidad, ya que no puede hacerse cargo de algo que no está reglamentado, no está contemplado, y porque en el grupo de personas que están realizando ese trabajo, no todos trabajan con las mejores intenciones, debemos reconocer eso también”.
Pero la prohibición lisa y llana no aparecía como la mejor alternativa. En 2016, Bergalio lo dejaba en claro. “No me gusta hablar de la prohibición, porque la prohibición va a llevar a que se reprima o se tomen medidas muy drásticas con quienes están ejerciendo aquello que llamamos trabajo, entre comillas, que es lo de los trapitos”, señalaba en ese entonces.
Más trabajo, menos pobreza
Una alternativa sería que la secretaría de Salud se acercase para ofrecerles atención, en caso de encontrarse frente a personas que padecen dificultades socio económicas, y alguna opción para que voluntariamente abandonen esa actividad. La misma Laner lo propuso. «Es necesario trabajar para evitar conductas ilegales, como así también bregar para identificar y atender de forma individual casos donde existan situaciones de vulnerabilidad social, atendiendo cada caso y avanzando en soluciones, ante una problemática en la que se entrecruzan varias cuestiones» indicó en el proyecto.
Esas preguntas conllevan a otra al mismo tiempo. ¿No habría que comenzar por otro lado? A fines de septiembre pasado, en el podio de la pobreza del Indec a nivel nacional se ubicaron el Gran Resistencia (Chaco) con el 49,9%, Concordia (Entre Ríos) con el 49,2% y los partidos del Gran Buenos Aires se ubican en el tercer lugar con el 42%. En ese contexto, la aparición de los trapitos aparece más bien como una de las puntas del iceberg del deterioro económico de una ciudad con actividades económicas preponderantes de tipo temporales y más bien primarias y poco empleo público.
Para comenzar a revertir esta situación, son necesarias las políticas para mitigar el impacto de las crisis en los sectores más vulnerables:- universalizar y fortalecer el sistema de transferencias a hogares con niños y adolescentes- reforzar las políticas para asegurar la provisión de alimentos de calidad -avanzar en políticas que requieren de una inversión hoy para desactivar la reproducción intergeneracional de la pobreza y – generar políticas que potencien el acceso al trabajo de calidad, según destaca el Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (CIPPEC) “un-camino-para-reducir-la-pobreza-en-argentina”. Son políticas de largo plazo que exceden las posibilidades de un municipio y requieren la coordinación con diversos sectores. Pero no hay soluciones mágicas que reviertan de la noche a la mañana el deterioro económico que ha sufrido durante décadas buena parte de la sociedad.
Informe: Guillermo Coduri