Un límite a la impunidad
“La indignación y la rabia nos inunda porque el crimen de la violación colectiva pone en evidencia una escena de impunidad”, dice Luci Cavallero, integrante del colectivo Ni Una Menos, a Página/12. “Los detalles que se repiten de que fue a plena luz del día, en un barrio muy transitado, no hacen más que subrayar eso: que parece no haber límite para el sentimiento de impunidad. El límite lo pusieron los vecinos, que no se hicieron los distraidos, que no miraron para otro lado, mostrando una alerta social contra esa misma omnipotencia e impunidad”.
Cavallero, doctora en Ciencias Sociales e investigadora de la Universidad de Buenos Aires, advierte que la discusión colectiva “toma muchas vías” porque no es algo sencillo. “Por un lado, hay que repudiar y desarmar los mandatos de masculinidad que hacen del sometimiento y el abuso su regla de validación. Por otro, debemos hacernos cargo que las formas de crueldad naturalizadas son relaciones de poder y no solo formas culturales -analiza la integrante del colectivo Ni Una Menos-. Es prioridad reforzar la Educación Sexual Integral en las escuelas, seguir impulsando la fuerza feminista para cuestionar estas formas de masculinidad y desarmar esas relaciones de poder. Y por supuesto es clave que se haga justicia y que la víctima no sea revictimizada. Pero no podemos restringir nuestra idea de reparación a la justicia penal”.
La matriz de la violencia
La ministra de Mujeres, Géneros y Diversidad, Elizabeth Gómez Alcorta, precisó que los detenidos por la violación grupal en Palermo no son “una bestia” ni una “manada”, sino “tu hermano, tu vecino, tu papá, tu hijo, tu amigo, tu compañero de trabajo”. “No es una bestia, no es un animal, no es una manada ni sus instintos son irrefrenables. Ninguno de los hechos que nos horrorizan son aislados. Todos y cada uno responden a la misma matriz cultural”, aseguró la ministra en una serie de tuits publicados en su cuenta personal. En declaraciones a Radio Nacional, Gómez Alcorta reiteró que “la brutalidad y la impunidad con la que este hecho sucedió en un lugar tan concurrido a plena luz del día lo que hace es marcar una radiografía del ADN de nuestra sociedad”.
Las agresiones machistas son prácticas que fueron “aprendidas”, definió la ministra de Mujeres, Géneros y Diversidad. “Así como nosotras aprendemos a cuidarnos y a saber cuáles son los riesgos, los varones también aprenden ciertas prácticas: la práctica de que nuestros cuerpos, nuestra vida, no tienen valor”, comparó la ministra. Entre los varones opera una “lógica corporativa” según la cual “quizás algún varón puede sentir que está mal, pero tiene costo decirlo y salirse de lo corporativo, de la cofradía: ese es el modo en que socializa”.
Para Gómez Alcorta “lo que falta es cambiar la matriz de la sociedad” y en otro tramo del hilo de mensajes publicados en Twitter, la ministra añadió: “Estamos convencidas de que otra realidad es posible. Las mujeres y LGBTI+ lo sabemos porque hemos desarrollado estrategias para sobrevivir en un entorno que siempre nos fue hostil. Tejemos redes porque aprendimos que, si tocan a una, nos tocan a todas”. La funcionaria convocó a los varones para erradicar la violencia de género: “Ahora necesitamos que los varones sean parte de la lucha que nos lleve a transformar lo que deba ser transformado para que todas, todes y todos vivamos, de una vez por todas, en una Argentina libre de violencias”.