Mientras tuvo vigencia, el Fopar —una iniciativa de la ex ministra de Desarrollo Social, Alicia Kirchner, enmarcada en el plan El hambre más urgente, costeado por un crédito del Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF) — aportó no sólo financiamiento para raciones de comida, $ 1,25 por persona, sino también para infraestructura (cocinas, hornos industriales, heladeras, vajilla), lo que permitió que varios comedores se equiparan a pleno. Pero en diciembre ese grifo se cortó y ahora está en marcha otra iniciativa, bajo el paraguas del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), aunque con una drástica poda en los fondos que llegan a los comedores.
Si bien el valor de la ración se mantiene en $ 1,25, en caso de que el comedor beneficiado cuente con la asistencia de la provincia (que aporta $ 0,60 por comensal), la Nación financiará la diferencia, hasta alcanzar aquella primera cifra: es decir, $ 0,65, o sea un 90 % menos. La merma de fondos ya tuvo una consecuencia directa: el cierre de varios comedores o la reducción en la cantidad de raciones. De los 62 comedores que eran financiados por Fopar, en el nuevo programa sólo quedarían 30, y el número de beneficiarios bajó de 10 mil a tan sólo 4.000.
En realidad, para continuar con el envío de fondos la Nación requirió un re-empadronamiento, que empezó en marzo y concluirá este mes, trámite al que pocas entidades se presentaron. Es el caso del comedor que funciona en el barrio Antártida Argentina, uno de los principales bolsones de pobreza de la ciudad, próximo al Volcadero municipal. Otros, como el comedor del barrio Anacleto Medina Norte, no brinda servicios por estos días, a la espera de que el trámite de aprobación del re-empadronamiento libere los fondos necesarios. Sólo continuaron los que tenían remanentes financieros de 2005, aunque esa reserva en la mayoría de los casos ahora está llegando a su fin.
El auxilio nacional para los comedores comunitarios es clave: los que son auxiliados por la provincia reciben una ración cuyo valor está un 65 % por debajo del monto que reciben los comedores escolares: los primeros, con $ 0,60 por comensal, y los segundos, $ 1 por comensal. Y además, ese monto que reciben los comunitarios está “congelado” desde hace por lo menos tres años, aun cuando entre enero de 2005 e igual mes de 2006 el valor de la canasta básica, que mide la línea de indigencia, se incrementó casi el 14 %.