La máquina compactadora, que tal como su nombre señala, se utiliza para compactar el material que rescatan de los desperdicios que acarrean diariamente, necesita energía trifásica (380 volts) que es la que se usa en la industria. Y el galpón solo cuenta con energía monofásica (220 V), la correspondiente a la demanda domiciliaria.
Armanazqui se comprometió a acudir al galpón el miércoles de la semana que viene, a las 8 de la mañana, para verificar que obras se necesitan para adecuar la instalación eléctrica a lo demandado. El problema radica en saber si la inversión que se requiere es muy onerosa o no. De ser algo sencillo, el municipio se encargaría. De lo contrario, en caso de que haga falta la instalación de un transformador, se deberá pedir un aporte económico a la Nación.
Tras dialogar con el secretario de Gobierno, los representantes de los recicladores pidieron que se plasme el compromiso por escrito. Armanazqui les dijo que no hacía falta y que no tenía inconvenientes en comprometerse públicamente. Por lo tanto, bajó desde el primer piso y salió por la puerta de ingreso, que estaba cerrada custodiada por dos policías, y dialogó con los manifestantes que estaban esperando afuera. Tras escuchar la promesa, se retiraron.