Reclamos y quejas aguardan a Kirchner en Montevideo

“Está claro que un país puede hacer más para evitar los cortes de ruta. Es obvio», dijo ayer el canciller Reinaldo Gargano. Frente a los medios argentinos, Gargano confirmó que su país pidió por escrito a Brasil que incluyera el conflicto bilateral en la próxima reunión del Mercosur; dijo que las quejas argentinas son improcedentes y que la planta de Botnia se va a hacer sí o sí: «no vamos a entregar la soberanía».
El malestar con el gobierno argentino es palpable en otros funcionarios y también en las calles de Montevideo. Los cortes previstos para mañana se interpretaron como un desafío para empañar la reunión internacional más importante que organizó Uruguay en los últimos años.
En ese clima, a Kirchner no le causa demasiada gracia el cruce del Río de la Plata. Incluso se especuló con su ausencia, aunque en su entorno indican que no puede faltar. «Tiene un compromiso muy importante con España», afirmó una alta fuente oficial.
Kirchner tiene especial interés en reunirse con el presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, su mejor -o único- aliado en Europa. Esa cita, de la que habló ayer en la Casa Rosada con el canciller Miguel Angel Moratinos, figura en su agenda de mañana.
Fuera de eso, fuentes del gobierno argentino especulaban que la actividad del Presidente aquí se reducirá a lo mínimo indispensable. No verá, como pretendía, al reelegido Luiz Inacio Lula Da Silva, porque la campaña brasileña lo dejó exhausto y decidió no venir.
Esa ausencia les restará peso político a la cumbre y también a la posibilidad de algún avance en la crisis por las papeleras: Uruguay pretende que Lula oficie de mediador, algo que la Argentina resiste.
Quien sí vendrá y aspira a reunirse con Kirchner es el presidente venezolano, Hugo Chávez, golpeado por la derrota que sufrió en las Naciones Unidas, donde tuvo que resignar sus ambiciones de integrar el Consejo de Seguridad.
Con Tabaré Vázquez, en cambio, la posibilidad de un diálogo con algo de contenido suena hoy a ciencia ficción. El presidente uruguayo ya dijo que él no negociará con los puentes cortados.
Entonces, la tensión diplomática entretiene. La Argentina denunció anteayer por carta oficial que Uruguay violó las recomendaciones de Corte Internacional de La Haya al autorizar que la empresa Botnia usara un volumen de agua del río superior al previsto.
«En ningún lugar se dice que para tomar agua del río tengamos que pedir autorización», bramó aquí el embajador Héctor Gross Espiel, uno de los encargados orientales del litigio internacional.
Otro funcionario ironizó: «Lo de la carta de protesta es como traer a Evangelina Carrozzo». La referencia a la reina del carnaval que se hizo famosa con su protesta en biquini en Viena ante decenas de presidentes viene a cuento porque aquí muchos interpretan que la Argentina intentó una jugada de distracción para diluir durante la cumbre las «responsabilidades» por los bloqueos fronterizos.

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