El empresario había argumentado que el juez federal de instrucción podía perder la imparcialidad porque había sido denunciado poco antes de asumir al frente del Juzgado Federal 9 por supuesto uso de simbología nazi, una querella que fue archivada por la Justicia.
El tribunal de apelaciones confirmó esta semana a Rodríguez en el caso y advirtió que la denuncia en cuestión había sido presentada por un apoderado en representación del Grupo Clarín SA y dos accionistas más, y que «su interés en la investigación del ilícito denunciado no excedía al de cualquier otro ciudadano», según la resolución de la sala II a la que accedió Télam.
«Repárese incluso en que según se desprende de la copia de la denuncia aportada por el recusante (por Magnetto) habría tomado conocimiento del hecho a través de la prensa en base a artículos periodísticos elaborados por terceros», remarcaron los jueces.
Y además destacaron que «no es posible dejar de valorar que la citada denuncia, en lo que hace a Luis Rodríguez, fue archivada por atipicidad» el 13 de diciembre del año pasado, cuatro meses después de presentada y sin siquiera haberse llamado a declarar al magistrado.