Segmento de la Entrevista realizada por Jorge Fontevecchia al gobernador misionero, Ramón Puerta, dónde hace referencia a la pastera Botnia
Misiones es una provincia forestal: ¿le hubiera gustado tener a Botnia allí?
No soy un demagogo: gobernar es tomar decisiones correctas. O producimos papel o producimos plástico. No hay manera de reemplazar el papel cuando se sale de un supermercado, de una tienda, que no sea por el plástico. En las dos alternativas hay un impacto ambiental negativo. El peor es el plástico, no sólo por el efecto invernadero, sino porque no es biodegradable. Si se aplican los estándares de calidad de Finlandia, el agua que entrará a la papelera del río Uruguay, al ingreso a la papelera, será de menor calidad que el agua que salga de la papelera. Papel Misionero se construyó en la década del ´70. Cuando siendo gobernador privaticé esta empresa, el primer requisito que puse fue que quien la comprara debía hacer la planta de tratamiento de afluentes para no contaminar el río Paraná. En ese proceso visité en Finlandia a quien la había construido. Recuerdo que el hombre me contó que en Finlandia pagaba impuesto por el 90% de lo que facturaba y estaba casado con una brasileña que le decía: “Eso porque no quiere vivir en Brasil, allá pagaría 26%”, y el hombre le respondió: “Sí, pero allá me secuestraban dos veces por año y acá vivimos sin custodia”. Mientras conversábamos en su casa me pareció ver una papelera al fondo del lago, entonces le pregunté y me dice: “Sí, es mi papelera”. ¿Y usted vive en el lago donde su papelera deja el afluente? “Sí, porque el agua que entra es más impura que la que sale. Puedo tomar la que sale, no la que entra”.
-¿Confía en que Uruguay exigirá los mismos tratamientos de afluentes?
Lo que debemos discutir con Uruguay son los estándares de calidad y Uruguay es un socio ideal, es un país serio, es el país donde todos los latinoamericanos hemos depositado nuestra confianza, allí están nuestros organismos internacionales. ¿Por qué no confiar en que juntos podemos controlar la calidad del agua?
-¿Cumplió el tratado sobre el río Uruguay?
Me tengo que remitir a mi amigo y ex presidente de Uruguay, don Jorge Batlle, a quien le he preguntado por qué en su gobierno se empezó esa obra sin consultar, y él me dijo que Argentina avaló todo lo que Uruguay informó antes de construir. El problema es el impacto visual: una papelera no es linda y en el lugar que colocó Botnia, es horrible, justo frente a una playa turística. Si esa fábrica se hubiera construido a 10 kilómetros de distancia, nadie la podría discutir. Una industria impacta pero el peor enemigo para el medio ambiente es la pobreza. Conozco mi provincia y donde hay bolsones de pobreza no queda un árbol, queda la tierra arrasada. Entonces no acepto que se diga “Papeleras No” tan simplemente. Cuidemos el ambiente pero no frenemos el crecimiento.
-¿Es peor contaminante la pobreza?
Es el peor enemigo, destruye el ambiente porque el ser humano desesperado termina haciéndose de lo que está más cerca. Creo en el desarrollo sustentable.
-Si Botnia hubiera analizado hacer su inversión en la Argentina cuando usted era gobernador, ¿habría aceptado hacer una papelera igual en Misiones?
No lo dudo. Es más: Misiones tiene tres papeleras.
-Pero el tamaño de Botnia es mayor.
Mayor tamaño requiere de plantas de tratamiento más grandes. Y en Misiones tenemos una que no es tan chica, es la mitad de Botnia: Alto Paraná, que está a 70 kilómetros de las Cataratas del Iguazú y trata los afluentes. Pero para ello hubo una inversión chilena, en la tan denostada década del 90, de 500 millones de dólares para que esa planta produzca el doble y trate afluentes industriales. Fíjese el absurdo: en la década del 70 venía el pino chileno a Misiones y competía con el nuestro. No podíamos vender ni siquiera al mercado interno porque no podíamos competir. ¿Qué pasó en la década del 90? Vinieron los capitales y desarrollaron la industria y hoy abastecemos al mundo.
-Botnia se instaló en Uruguay, ¿porque tiene ventajas comparativas o porque en la Argentina no pudo negociar honestamente?
Uruguay empezó en la década del 90 un plan de forestación: 100 mil hectáreas por año de eucaliptos con el crédito del Banco Mundial. Este crédito también lo tuvo la Argentina y nosotros plantamos en Misiones, en mi gobierno básicamente. Hoy Misiones tiene 300 mil hectáreas forestadas con pino. Pero como Uruguay tiene menos humedad, plantaron eucaliptus, que crece más rápido. Están en el estuario del Río de la Plata, cerca del Atlántico y con mejor salida al mundo. Uruguay plantó 100 mil hectáreas por año durante 10 años, son un millón de hectáreas, lo acompañaron con una ley de garantía fiscal, porque hay que invertir a 20 años. Los árboles sin la tierra de una hectárea de pino de 20 años cuestan 10.000 dólares.
-O sea, genera 500 dólares por año por hectárea de ganancia.
Es la inversión más rentable en los últimos 100 años del mundo. En blanco, genuina, no hablemos de tráfico de drogas. Uruguay lo vio y se largó a hacerlo.