RADIOGRAFÍA DE UN VOLUNTARIO

Un voluntario es un porfiado de las utopías. Uno que es alertado por doquier de sus “necedades”, de sus riesgos innecesarios,  por un nutrido coro de racionales, cuerdos y sensatos. Pero no, el voluntario es uno que se empeña. Que cree, con una inocencia que escandaliza a los razonables de todos los pelajes. Uno que prefiere la vida y el hombre, a la muerte y la cosa.

Uno que se queja, pero no se empantana en el lamento, en la desazón. Se indigna, sí, pero hace.

Es uno  que crea, que inventa, que emprende, que construye, que sueña. Es uno que no hace solo. Que se siente parte. Es uno que cree, que tiene esperanzas. Aun sabiendo de las mezquindades, de los egoísmos, de la maledicencia,  de la rapacidad y voracidad de muchos, cree en el hombre. No puede, no sabe, no siente hacer otra cosa.

Es un esperanzado, pero no de una ilusión  sosa o pasiva. Es, como dice Fromm de la actitud esperanzada: “estar presto en todo momento, para lo que todavía no nace, pero no  llega a desesperarse si el nacimiento no ocurre en el lapso de nuestra vida. Es uno que ayuda al advenimiento de lo que todavía no se halla en condiciones de nacer”.

Que tiene una  expectativa,  que no es espera pasiva, cándida, sino acto comprometido, que no tiene que ver con el futuro que alguien construya, que otros construyan, que no sería eso  esperanza sino  resignación, sino con lo que podemos construir de cambio hoy.

Aquel que sabe,  como el sensible escritor uruguayo, que el futuro es “lento pero viene, viene con proyectos y bolsas de semillas, con ángeles maltrechos y fieles golondrinas, despacio pero viene, sin hacer mucho ruido. Lento pero viene, el futuro real, el mismo que inventamos nosotros y el azar, cada vez más nosotros y menos el azar”. Y el voluntario es un utópico que camina con fuerza hacia horizontes inciertos, pero promisorios. Introduciendo en el lodazal de odios, vilezas y avaricias,  con su acción firme, segura y decidida, un agua cristalina que transporta solidaridad, empatía, humanismo, a través de sus amorosas embarcaciones.

Un voluntario es un humanista, uno que pone su tiempo al servicio del otro, que cree en el otro, que se siente parte de un compromiso, que cree en el cambio, que tiene ilusiones, que sabe que es difícil, pero que no puede hacer otra cosa, que convidado a arrepentirse, a no perder, prefiere sus convicciones, que prefiere seguir jugando a lo perdido, aquel que, como dice Silvio, asumió la “necedad de vivir sin tener precio”.

ENCUENTRO DE LA RED ENTRERRIANA DE VOLUNTARIOS PARA LA PREVENCION DEL SUICIDIO EN PARANÁ

Así nos encontramos, ayer,  con esos extraños y maravillosos seres en Paraná. Porque los odios, los egoísmos, las guerras, la avaricia, la codicia, una cultura del malestar, los sueños frustrados, imposibles, la explotación y cosificación, la alienación, la violencia, la deshumanización está volviendo inhabitable el mundo, está abonando el sinsentido de la existencia. Sobre todo para  quienes deberían sentir el deseo de vivir, los jóvenes, sobre todo para  aquellos que aspiran a transitar su tiempo en paz, los adultos mayores. El gusto por la vida es aplastado por un mundo que se autodestruye además, que se suicida, además.

En ese marco, la esperanza renace cuando se multiplican esos formidables, asombrosos, estupendos seres que son los voluntarios. Ante el enredo, la desidia, la inacción e ineficacia de la burocracia estatal, ante su indiferencia, crecieron como frescas y limpias flores, decenas de personas, en distintos territorios de la provincia de Entre Ríos que se organizaron para realizar acciones de prevención del suicidio, la máxima expresión del mal-estar en el mundo, el extremo y desesperado intento, fallido siempre, errado siempre, de liberarse del dolor.

Nos encontramos, ayer en Paraná, en el “Segundo encuentro de la red entrerriana de voluntarios para la prevención del suicidio” con una alegría y emoción intraducibles. Participaron el  grupo de voluntarios  “No estás solo” de “Villa Elisa”, que con tenacidad y ternura creó en su comunidad fuertes lazos de empatía y preocupación por el otro, aquel que sufre, se deprime, una cultura de los valores solidarios que lograron reducir sensiblemente las determinaciones autodestructivas en su ciudad. Convencieron, además,  a sus vecinos que hablar de lo que les pasaba era el paso para cambiar ese sino trágico que los acuciaba. Los persuadieron también de que  el suicidio no es una fatalidad genética y por lo tanto la prevención era posible.

S.O.S VIDA de Chajarí  ha logrado instalar fuertemente el tema de la prevención del suicidio en su ciudad y sensibilizar, concientizar, crear estrategias transformadoras de idiosincrasias, que paso a paso avanzan hacia un horizonte de transformaciones.

“Lazos en red”, la red de voluntarios para la prevención del suicidio de Concordia, tiene el empuje de una juventud que inventa todo el tiempo espacios de contención y apoyo para las personas frágiles y vulnerables.

SANAMENTE de Nogoyá y “UN MILLÓN DE AMIGOS” de Paraná, son grupos de voluntarios para la prevención del suicidio que se están conformando.

Jorge Levin y un millón de amigos organizaron amorosamente el encuentro de voluntarios que se realizó  ayer en Paraná. Concurrieron referentes de otras localidades como Gualeguaychú. La enorme vitalidad, alegría, emoción e intercambio de experiencias maravillosas y creativas en el campo de la prevención del suicidio, contrastó con la pobre respuesta de los responsables de establecer políticas públicas según los lineamientos de la ley 27.130 nacional de prevención del suicidio, factor no menor en la disminución o crecimiento de estos penosos acontecimientos. La red provincial crece, se fortalece y avizora un futuro promisorio, que viene (no tan) lento, pero viene.

LAZOS EN RED CONCORDIA: PROXIMAS ACTIVIDADES

Si querés  sumarte o consultar por situaciones de riesgo de conductas autodestructivas, podés hacerlo al 3454-038837 a través de mensajes o audios  de WhatsApp. Este voluntariado para la prevención del suicidio tiene dispositivos terapéuticos y/o de contención emocional: terapia de grupo para personas con conductas de riesgo, “Acompañarte”, un espacio de acompañamiento emocional, “Taller de expresión para adolescentes”, “Taller de tejido y contención afectivo”. Próximamente tendremos un taller de fotografía.

Nos enlazamos además con otras instituciones para generar espacios de participación, encuentro, intercambio, comunicación, afecto, es decir, de salud mental. Entre ellos, con la Biblioteca de la cooperativa eléctrica proponemos encuentros para compartir lecturas (“Leer por leer”) y de “Cine debate”. Este viernes 29 y en función de la cercanía del día del trabajador, vamos a proyectar, en la sala de lectura de la Biblioteca Serebrinsky de la cooperativa eléctrica, Urquiza 721, “El patrón: radiografía de un crimen”, con entrada libre, abierta y gratuita.

Y en función de compartir información sobre prevención del suicidio, daremos una charla abierta a toda la comunidad sobre “Prevención del suicidio, una cuestión de todos” el sábado 30 de abril a las 16 horas por Meet, Instagram y Facebook  de lazos en red. Esperamos la participación de todos.-

 

(*) Psicólogo MP243

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