1ra parte.
2da parte
En la jornada del martes, el perito policial, Carlos Berón, jefe de escopometría de la Policía de Entre Ríos y quien se encargó de observar, medir y analizar la caída de María Julieta Riera desde un octavo piso, declaró por más de cuatro horas aseguró respecto a la hipótesis que dio Christe sobre cómo murió la víctima que “no es verificable” y tiene una “imposibilidad absoluta”
Según el testigo, la joven “cayó a plomo, fue direccionada solo por la gravedad y no tuvo un impulso”. Tampoco “intentó ni pudo agarrarse a algo en el camino de la caída”.
El especialista argumentó que Christe “no puede explicar la caída, trata de decir cómo cae, y dice que la ve de frente a él sobre el costado del balcón, después dijo que no estaba tan al costado”, por lo que eso “se contrapone con los datos, indicios y análisis recopilados”, y esa teoría es “de imposibilidad absoluta”.
Así mismo, sostuvo que la joven “no se llevó la suciedad que claramente había en la baranda” y que “al apoyarse uno ya dejaba marca”; por lo que la víctima “no estaba sentada ni caminando encima”; y que además la baranda estaba “por encima del centro de gravedad de Julieta”, por lo que también “le dio equilibrio y estabilidad a su cuerpo”.
Ante el juez técnico Elvio Garzón y los 12 jurados populares, Berón presentó los anteojos de Julieta, hallados dentro del departamento y destacó que tienen la patilla derecha doblada y “una mancha de sangre” sobre el ocular derecho.
Por su parte, Gustavo Martínez, bioquímico forense y director del Servicio de Genética Forense provincial, también declaró este miércoles y detalló que en las uñas de ambas manos de la víctima halló ADN de Christe, y también en los anteojos de la víctima.
En tanto, Horacio Blasón, quien era entonces jefe de Homicidios de la Policía, recordó que, tras el hecho, lo vio a Christe “tranquilo y sentado”, lo que le llamó la atención ya que “normalmente los familiares están en situación de crisis o llorando”.
Blasón precisó que al trasladarlo a su División, el acusado “pidió fumar, se paraba en la sala de estar y preguntaba si (Riera) estaba muerta, si conocía a alguien que se haya salvado de una caída así”, pero al saber que murió “se sentó y quedó quieto sin preguntar más nada”.
Además, señaló que el departamento donde convivían, no donde ocurrió el hecho, estaba “muy descuidado, todo revuelto, con muchas cosas rotas y muchas manchas de sangre en las paredes”.
En ese sentido, el comisario Norberto De la Valle destacó que vio “un televisor, celulares y tres notebooks rotos y en mal estado y muchas manchas de sangre en paredes, pisos, objetos, prendas de vestir y almohadas”; y que Christe desconectó los datos de su celular pasadas las 23.30 y lo reconectó “entre las 2.30 y 2.40”.