Y, como consecuencia natural, modificado condiciones de vida, agravado problemas económicos y sociales serios, que ya vienen acumulado de años atrás.
Al gobierno actual se le pueden imputar falencias, algunas importantes.
Pero cabe atenuar la crítica dura, tomando en cuenta que la peste lo tomó prácticamente con la gestión recién empezada, sin darle un solo día de normalidad.
Será esta la primera prueba de fuego ¿Cómo ha de evaluar la ciudadanía el desempeño de la actual administración en los casi dos años de mandato? ¿depositará su confianza en los candidatos de una oposición que ha sido gobierno hasta no hace mucho, dejando, a juicio de esos mismos electores, un saldo más bien negativo?.
Sin querer hacer futurología, analicemos algunos elementos:
EN CONTRA
Por empezar, es un dato de la realidad que la Pandemia que ha azotado el mundo, se llevó puestos a varios oficialismos, en algunos casos en forma contundente: y si no, veamos lo que ocurrió en Bolivia, en Chile, en Perú, lo que, seguramente marcan las encuestas, ha de acontecer en Brasil.
En los mismos Estados Unidos se dio vuelta una tendencia que aseguraba, hasta poco antes, la cómoda reelección de Donald Trump.
Si acá se repitiera la tendencia, cabría augurar una derrota electoral estrepitosa del gobierno Fernández-Cristina.
Más aún, si consideramos la especial difícil situación que vive Argentina, con su economía sin crecer , el quiebre de empresas, la desocupación, el pavoroso crecimiento de la pobreza que ronda ya el 50%.
En forma especial la inflación que no se logra controlar, y carcome los magros ingresos de quienes conservan su empleo y salario, o jubilaciones , y aún de los que reciben planes sociales o se benefician de subsidios.
Sabido es que en épocas de carencias angustiantes , y aunque el drama provenga de fuentes ajenas , la población tiende a hacer responsable al gobernante de turno; (“piove, governo ladro”, como dicen los italianos, “llueve, gobierno ladrón”).
Las encuestas indican sin embargo, que mejora la consideración de la gente hacia el oficialismo cuando se anuncian campañas de vacunación contra el COVID.
Pero la vacunación está retrasada en Argentina, al menos si lo comparamos con vecinos nuestros de Chile o Uruguay, sólo un porcentaje escaso de la población ha recibido las dos dosis.
Esto puede ser debido, en parte, a errores del gobierno, y en parte a otros motivos ajenos.
Pero es de prever que la población, ha de hacer responsable a los oficialismos, nacional, provincial o local de tales déficits.
Salvo que se corrigieran en lo venidero, a través de una vacunación masiva ,en cuyo caso habría de mejorar la apreciación ciudadana.
Pero esto , por diversos factores, es difícil que ocurra en el breve plazo hasta el día del comicio.
EL “OLIVOS GATE”
A más de un año, pero a poco de las elecciones, trascendió la foto de la escandalosa fiesta de cumpleaños de la Primera Dama en la Quinta de Olivos.
Mal ejemplo, violando disposiciones oficiales que imponían duros confinamientos y restricciones al resto de los ciudadanos de a pie.
Es cierto que no fue el único caso y está el cumpleaños de Lilita con los “Mariachis”, donde se reunieron cerca de setenta personas, incluido el propio jefe de gobierno porteño-
Es cierto, la falta de uno no justifica la de otro.
Y cierta prensa se ha encargado de magnificar el primer episodio, soslayando o directamente ignorando el segundo.
Todo ello preanunciaría un escenario poco favorable a la gestión oficial.
¿el gobierno de Alberto y Cristina sufriría entonces contundente derrota en las urnas?
Poco a poco: hemos trazado un breve inventario de los elementos en contra.
Pero veamos lo más objetivamente posible, la otra cara de la moneda.
A FAVOR
En primer lugar, un dato histórico: salvo De la Rúa,y por motivos muy especiales, todos los gobiernos, desde que empezó la democracia han ganado, o salido bien parados de las elecciones de medio término.
Eso pasó con Alfonsín , con Menem, con Néstor Kirchner (hay otra excepción que es Cristina Kirchner, ya nos referiremos a eso).
Varias provincias del Norte y el Sur son gobernadas por el Peronismo, en sus distintas variantes.
En algunos casos, plenamente identificados con la gestión del gobierno nacional.
En otros, aunque con algunas diferencias, en los temas importantes, en general, coinciden y son aliados en las votaciones decisivas en el Congreso.
Estos gobernadores, por causas variadas, no obstante las contingencias, conservan un electorado fijo o “cautivo”, según se lo quiera llamar: nada indica que vayan a perderlo significativamente.
Aunque se trata de provincias chicas, con poco caudal electoral, todo ello suma en el porcentaje nacional en favor del actual oficialismo.
La Provincia de Buenos Aires, la “madre de todas las batallas”, según las llama cierto periodismo, las encuestas muestran que los supuestos escándalos derivados de casos como el “Olivos gate” o el “vacunatorio VIP”, magnificados por la llamada “prensa hegemónica”, no han hecho mella en el llamado “núcleo duro” del electorado bonaerense, en especial del conurbano, las barriadas populares del Gran Buenos Aires.
En estos sectores, inclinados al Cristinismo, la adhesión no baja de un 35%.
En la elección del 2019 este porcentaje creció al 53%.
Aún si el Frente de Todos hubiera perdido la mayor parte del mismo, lo que conserva habría de rondar un 40%.
¿superará la oposición, fraccionada, este porcentaje?
Como dicen en el campo “difícil que el chancho chifle”..
Es cierto que hay sectores populares que lo están pasando muy mal.
Pero todavía está muy fresco el recuerdo de la gestión macrista, como para que, sin más, crean que allí les irá mejor.
E inclusive en sectores medios independientes, no favorables a la actual gestión no se deja de reconocer dos hechos innegables: que pese a los errores que se pueden achacar en el manejo de la Pandemia, lo cierto es que no se llegó al colapso sanitario que se vió en otros países, incluso del primer mundo, con hospitales y centros de salud atestados y muertos tirados en las calles.
Que pese a las difíciles e incluso muy graves condiciones económicas, el gobierno ha logrado evitar estallidos sociales de magnitud, con sus dolorosas secuelas, como hemos vivido en épocas del pasado reciente, (tales como saqueos, protestas violentas, etc).
UN RECUERDO
Por último es interesante volver a la historia: en 2009, elección de medio término gobierno de Cristina Kirchner, el “Colorado” De Narváez (¿alguno se acuerda de él?), un “tapado” en política, les ganó a Néstor Kirchner y Scioli juntos, la elección de diputado en Provincia de Buenos Aires.
El inefable Mariano Grondona se apresuró a escribir un libro: “El Post kirchnerismo”.
Es decir, el “Kirchnerismo” estaba finito, terminado, había que imaginar algo para el futuro.
¿es necesario recordar que dos años después Cristina Kirchner ganaba la elección presidencial, en primera vuelta, con el 54% de los votos?