Quema de alimentos: el Gobierno fue advertido por el Tribunal de Cuentas sobre el estado del depósito

Los auditores dijeron que había filtraciones de humedad que podía comprometer los alimentos, y que éstos no se estibaban de la manera correcta, sobre pallets de madera, entre otros puntos.
La tarea de control estuvo a cargo de una de las tres vocalías en las que se divide el Tribunal de Cuentas, la que está a cargo de su presidente, Hugo Molina. Y se hizo a modo de “prevención” para que el Ejecutivo “tome cartas en el asunto”, aunque recién tomó forma de informe oficial y llegó a manos de la ministra de Salud y Acción Social, Graciela López de Degani, en mayo.
El relevamiento fue hecho, sin embargo, antes de que se desatara el escándalo del vencimiento y la pérdida de aproximadamente cinco toneladas de alimentos -no hay todavía un relevamiento final-, hecho por el cual fue separado de su cargo el responsable del depósito central, Hugo Musto y que motivó la orden del gobernador Jorge Busti de iniciar un sumario administrativo interno.
A Musto lo echaron porque dejó vencer varias lotes de harina marca Bruning, de una partida de 241.820 kilos que el Gobierno adquirió a una de las firmas que se adjudica al empresario Sergio Taselli, el mismo que se acaba de hacer cargo de los rezagos del ex Frigorífico Regional Santa Elena y que amasó su fortuna durante el menemismo, especializándose en la compra de firmas en proceso de quiebra.
Parte de ese lote de harina vencida fue distribuida por la esposa del Gobernador y directora del Instituto Provincial de Discapacidad, Cristina Cremer de Busti, y llegó, entre otros lugares, al Complejo Escuela Hogar Eva Perón y al Centro Comunitario Josefina Zubizarreta. Esa decisión contrastó con la determinación de la ministra Degani que había resuelto incinerar la harina vencida para evitar que fuese consumida por la gente.

2.081 kilos quemados

El director de Intendencia y Servicios Generales de la Provincia, Ricardo Remedi —funcionario que ahora está a cargo del depósito central de alimentos en el Ejército— confirmó ayer que el total de harina incinerada llega a 2.801 kilos. “Todo lo que volvió al depósito se quemó, por una cuestión de seguridad alimentaria y para que no se siguiera distribuyendo”, añadió.
La incineración, explicó, “se hizo en dos días. El método fue acumular y contabilizar, y el día 10 de junio se procedió a incinerar todo. Pero eso fue hecho con el mayor control, tal como lo pidió el Gobernador”.
El funcionario añadió que toda entrega e incineración estuvo perfectamente asentada en actas, y que así se hizo también con las partidas de harina que distribuyó la directora del Instituto Provincial de Discapacidad, Cristina Cremer de Busti, al Centro Josefina Zubizarreta y al Complejo Escuela Hogar Eva Perón, entre otros lugares, informó Análisis Digital.

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