“Estoy muy conmovida por el fallecimiento de Fabián”, anticipó Araujo. “Cuando lo conocí en el 2014 me impactó verlo en la situación que estaba: No podía mover los brazos, no se podía sentar por sí mismo ni comer con sus manos. Estaba siempre en su casa, muy enfermo y se fue deteriorando de a poco hasta que se fue”, agregó. “Resulta increíble que esa nota que yo hice hace 4 años siga en vigencia porque detalla todas las consecuencias de los agrotóxicos en la población, como las que provocaron la muerte de Fabián. Y sin embargo, nada a cambiado”, sostuvo. “En la ciudad, en el campo y en todos lados estamos expuestos al glifosato. Se murió un luchador incansable de esto y al que han entrevistado desde todas parte del mundo para dar su testimonio”.
En ese sentido, la periodista comentó que quien más conoce la situación es el Dr. Medardo Ávila Vázquez de la organización, Médicos de Pueblos Fumigados, y quien puede demostrar fehacientemente la cantidad de niños con malformaciones y madres que pierden a sus bebes sin motivos aparentes. “Estamos perdiendo las plantas y las abejas porque no hay polen. Hay cosas que no nos damos cuenta, pero van desapareciendo de la naturaleza y van en desmedro del ser humano”, explicó. “Esto merece mucha atención porque hay muchos Fabianes en el Norte de nuestro país donde se siembra la soja y tabaco. Es un veneno, hasta la Organización Mundial de la Salud dijo que el glifosato era cancerígeno y en nuestro país insisten en que no”, lamentó.
En cuanto al intento en Entre Ríos para evitar o aminorar el uso de agrotóxicos, Araujo sentencio que a los que exportan soja, sólo les interesa el monto de dinero recaudado y nada más. “El objetivo era reducir la distancia en la que se podía fumigar de las escuelas rurales y población. Pero nunca se pusieron de acuerdo, supuestamente eran 800 metros de distancia porque pasaban con Mosquitos cerca de los niños que son los más vulnerables y están en contacto directo con las fumigación”, explicó. “Fabián se contaminó y envenenó justamente porque él era quien llenaba los tanques de glifosato y quien rociaba los campos con la avioneta”, recordó. “Quedan muchos Fabianes todavía y muchos niños que pueden llegar a sufrir lo mismo que él”, concluyó.