“Nunca más en la lucha inclaudicable de los organismos de Derechos Humanos, de los ex Presos Políticos, de los grupos de apoyo a Plaza de Mayo”, dijo Kofman. “Nunca más vamos a permitir perder ninguna de las conquistas realizadas durante tantos años de lucha. Lucha que no vamos a abandonar porque cuando no haya más Madres seguirán los jóvenes. Ese fue el objetivo nuestro de hacer de puente transmisor hacia las jóvenes generaciones de los sueños de proyectos de país para todos sin excluidos por la generación mas lucida de esa época dando un ejemplo”, añadió.
“Creyeron que los exterminaron con las torturas bestiales que aplicaron. Sin embargo están más vivos que nunca. Sus sueños y sus proyectos de país están siendo entretejidos por generaciones jóvenes. No vamos a abandonar la lucha hasta que logre el país que soñaron y proyectaron hasta dar la vida nuestros queridos hijos”, manifestó más adelante.
Koffman también hizo una advertencia al gobierno de turno. “Los organismos de derechos humanos con las pocas madres que quedan vamos a seguir con las consignas: ‘Ni un paso atrás’”, remarcó.
Tucumán
En 2014, Kofman declaró en el juicio que llevó adelante el Tribunal Oral Federal de Tucumán las circunstancias en que fue secuestrado su hijo. Kofman estudiaba en Córdoba pero por su militancia se encontraba en Tucumán cuando fue secuestrado y según su madre "sabemos que estuvo aquí porque nos envió fotos y cartas". Como prueba, exhibió una foto de su hijo en la Casa Histórica en la capital tucumana, fechada de puño y letra por la víctima, en mayo de 1975. Después contó que la siguiente noticia que tuvo de su hijo fue que lo habían detenido ya que en agosto de 1975 "nos avisó un compañero de militancia, (Enrique) Gorriarán Merlo".
La familia residía en Santa Fe y apenas supieron sobre lo ocurrido, viajaron a Tucumán para tratar de encontrarlo. En la provincia contactaron al abogado radical Angel Gerardo Pisarello, quien "presentó un hábeas corpus, con resultado negativo", relató. "Por él supimos que había estado herido y que lo había cuidado una familia cerca de Famaillá", aclaró. Según el relato de testigos, Jorge Kofman pasó por el centro clandestino de detención "La Escuelita" de Famaillá, donde lo habrían visto en muy mal estado de salud por las torturas, y por las cárceles de Concepción y Villa Urquiza.
Kofman fue contundente al describir que en esa época "Tucumán era una ciudad sitiada y Pisarello nos recomendó que no anduviéramos solos por la calle y que no habláramos en los taxis; creímos estar en el Infierno mismo". "No sólo nos arrebataron a nuestros hijos y los mataron en campos de concentración sino que también quisieron borrarlos, no nos dieron ni el consuelo de un duelo porque se creyeron dioses, dueños de la vida y la muerte", finalizó.