Qué proyectos de país se discuten en términos económicos?

El Papa Francisco (el primero en tirar la piedra sobre la necesidad de traspolar la ética al desarrollo económico), en su exhortación apostólica Evangelii Gaudium, reflexiona: "Esta economía mata", "el poderoso se come al más débil", “ se promueve la cultura del descarte", donde los excluidos son "desechos", "sobrantes". Se ha creado "una globalización de la indiferencia". Se refiere a  algún proceder de una práctica económica de mercado que excluyen  a las personas, lo desplazan y lo descarta.

El objeto de esta reflexión (teniendo en cuenta que el principal desafío hoy en Argentina, es la disputa por el futuro),  es ver cuáles son  los  pilares de un pensamiento económico.  

Más allá de los distintos grados de compromisos que podamos tener con una determinada ideología, es muy  importante interpretar las frases y conceptos que desarrollan  los candidatos, economistas y formadores de opinión de esta materia, para situarse frente a ellas y opinar o elegir.

Y como la política se nutre de frases, frases directas, solapadas, espurias, frases que esconden algo o muestran algo; estas, sin ninguna duda, marcan el carácter de cómo se instrumentaran los programas económicos en los próximos años.

Veamos algunos  conceptos vertidos  en  reportajes hechos a Macri  y a sus colaboradores y de ahí  surgen pistas firmes de su posible plan económico.

 “Acá no hay ideología, acá hay capitalismo. En lo único que creemos es en el libre mercado”, reconoció Carlos Melconian, (asesor predilecto de Mauricio Macri) el mismo que definió a los fondos buitre como “tipos de buena voluntad”.

“El Estado no tiene por qué meterse a convocar para que se negocien salarios. La paritaria es un concepto fascista. Que el empresario negocie con los sindicatos cuando quiera”, dijo otro economista macrista José Luis Espert.

Miguel Ángel Broda, otro economista del PRO admitió: “En Argentina necesitamos un equipo económico como el de Cavallo”. Y, por si esto fuera poco, se despachó sin ponerse colorado: “La cosa pasa por hacer el ajuste planeado o a los golpes”.

Miguel kiguel, ex secretario de Finanzas de Carlos Menem, dijo: “hay atraso cambiario y un eventual gobierno del PRO aplicarían una desvaluación del 50%”.

A su vez, los integrantes de la Fundación Pensar, que se autodefinen en su página web como la Usina de Ideas del PRO, proponen abrir las exportaciones, eliminar las retenciones y liberar las importaciones. Simultáneamente, hablan del “compromiso” para la “eliminación de precios sugeridos y precios máximos”, como así también de su plan para aplicar eficiencia” en el gasto público. Evalúan quitar subsidios, terminar con Fútbol para Todos y apelar al endeudamiento externo. Macri prometió que de ser electo presidente en octubre va a levantar las restricciones en el mercado de cambio en su primer día de gestión. “Van a sobrar dólares en la Argentina a partir de diciembre. Yo dejo flotar el tipo de cambio” dijo. Esta idea fue considerada por todo el arco político como  “irresponsable”.

Con estas propuestas  y muchas más respecto de la macroeconomía, Macri y sus asesores vieron que no le alcanza para llegar a una segunda vuelta. Las encuestas les marcan  que solo casi tres argentinos de diez lo votarían  y, dio un giro de ciento ochenta grados y enfatizó otros mensajes. La asignación universal, que hasta ahora era por hijo, llegaría con él a los abuelos. Promete la vivienda propia. Asegura que hará  el mayor plan de infraestructura de la historia. Elogió la estatización de Aerolíneas, de las AFJP  y el programa Fútbol para Todos, hasta inauguró un monumento a Juan Domingo Perón con Hugo Moyano y “Momo” Venegas. 

Macri ahora intenta ofrecerse como el guardián de la distribución del ingreso y de la equidad social por un voto.

Es más, desde hace un mes, Macri, reemplazó como voceros económicos a Melconian, Federico Sturzenegger,  Espert y Broda, que apabullaban todos los días en los medios hegemónicos,  por Alfonso Prat-Gay, un socialdemócrata admirador de  Keynes, y Rogelio Frigerio, que expresa la idea desarrollista.

La simbiosis de Mauricio Macri es guiada nada más que  por la desesperación que las  encuestas  no dan.

Qué proyectos de país se discuten.

Somos muchos los argentinos que creemos que las decisiones económicas y morales están entrelazadas en todos los niveles, de lo individual a lo colectivo. Es más, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, ha propuesto unos parámetros de “desarrollo humano” donde el criterio básico del bienestar es la distribución equitativa de los recursos como indispensable para el logro de una buena calidad de vida.

El investigador  asesor de la ONU, Bernardo Kliksberg en un panel de Naciones Unidas recientemente, sostuvo: “El pensamiento ortodoxo en economía expulsó a la ética de ella. Las abrumadoras desigualdades actuales no son compatibles con la ética, ni con las nuevas metas de desarrollo sustentable”. Para este investigador  “La ética inspiró políticas masivas de inclusión” y citó los casos del Bolsa Familia, aplicado en Brasil, y la Asignación Universal por Hijo.

Para los gobiernos Néstor Kirchner y de Cristina, la economía no tuvo un piloto automático como lo quieren las corporaciones poderosas, conservadoras, experimentadas en voltear gobiernos. Los propietarios de los medios que atacan `permanentemente al gobierno, son los mismos grupos económicos concentrados que eran beneficiarios de la crisis argentina tanto en años de Martínez de Hoz como de Cavallo, y los mismos a los que no les conviene una argentina que se desendeude, que genere empleo y crecimiento del mercado interno. En este marco, es bueno ver qué camino siguió la Argentina los años antes del 2003. El período identificado como de valorización financiera tiene su apogeo durante la convertibilidad (1991-2001), en los gobiernos de Carlos Menem y Fernando de la Rúa. El período del capital concentrado exportador tiene que ver con las políticas seguidas en 2002 y parte de 2003 bajo el gobierno de Eduardo Duhalde.

Este proyecto nacional y popular se propuso una economía que asegure el bienestar de todos, no sólo de unos poco. Defendiendo  el mercado interno, el trabajo y la producción nacional. Las paritarias libres, la inclusión previsional, la movilidad jubilatoria, la AUH, la ley que protege el empleo doméstico, y la que brinda cobertura a los peones del campo y la constante intervención del Estado a favor de los más débiles es justicia social.

Daniel Scioli, seguirá profundizando las políticas a favor del trabajo, la competitividad y la tecnología.

Recordar es siempre un ejercicio complejo para muchos. En ocasiones los recuerdos son necesarios. Agita la conciencia. Y a veces nos sorprende. Recordemos aquello que dijo Menem, “Si decía la verdad; quien me votaba?”.  No tengamos dudas, el PRO de Macri tiene la misma premisa. 

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